Mi amigo, el fotógrafo Gary, llegó al restaurante por unos frijoles con seco de res, arroz graneado y, para tomar, una jarrita de emoliente. “María, mañana son las elecciones de segunda vuelta y la obligación cívica de todo peruano es ir a votar y, al momento de marcar en la cédula, hay que hacerlo pensando en el país. Para eso hay que sufragar a conciencia y con el cerebro.
Debemos hacer un esfuerzo para dejar de lado los apasionamientos, que casi siempre nublan la razón e impiden pensar de forma clara. Cada voto es importante y no podemos regalarlo a tal o cual candidato solo porque me cae mejor o porque no soporto al otro.
Creo que una forma práctica para votar de forma seria es preguntarse con sinceridad qué aspirante podrá dejar un mejor país para nuestros hijos. Todos amamos a nuestros retoños y es nuestra obligación heredarles un lugar mejor.
La pandemia del coronavirus viene dejando más de 180 mil peruanos fallecidos, millones de desempleados y una economía en crisis, pero no tengamos dudas de que la superaremos. María, el peruano es como el Ave Fénix, que renace de sus cenizas. Ya antes hemos derrotado al terrorismo y a la hiperinflación de los años 80 y 90, por ejemplo.
Cuando Sendero Luminoso asolaba al país asesinando a diestra y siniestra a humildes campesinos y sus familias, a policías en los semáforos para quitarles sus armas, a alcaldes o dirigentes sindicales, cuando dinamitaban torres eléctricas dejando en penumbras a ciudades enteras, cuando los coches bomba repletos de explosivos reventaban en cualquier calle matando a niños inocentes, los peruanos nos supimos poner de pie y de manera casi milagrosa acabamos con esa banda delincuencial que hoy, lamentablemente, pugna por revivir aquellos años de terror.
Pero que no les quepa duda de que los volveremos a derrotar. Los peruanos debemos tener presente cada día que esta bendita tierra del Sol es cuna de mujeres y hombres valientes, luchadores, trabajadores y aguerridos. No son solo palabras, sino verdades que se pueden comprobar a diario, viendo a esos millones que perdieron el trabajo, pero que no se lamentan, sino que trabajan más duro en las calles, de sol a sol, para llevar un pan a su mesa.
Cuántos miles salen a marchar pidiendo al gobierno que los dejen trabajar, demostrando así su espíritu guerrero. Por eso digo que los peruanos solo queremos ‘chambear’ y que nos dejen hacerlo. Mañana vayamos a votar, cumplamos con el país ejerciendo nuestro derecho de elegir”. Gary tiene razón. Cumplamos con nuestro deber de peruanos. Me voy, cuídense.
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