Mi amigo, el fotógrafo Gary, llegó al restaurante por unos tallarines rojos jugositos con presa grande de pollo, al costado con papita a la huancaína, aceitunas negras y, para tomar, una manzanilla calientita. “María, llegó a la redacción mi amigo, el gran periodista y marketero ayacuchano Malcom Mendocha.
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Estaba emocionado y no era para menos. ‘Gary, acabo de cumplir 71 almanaques de vida y, Dios mediante, voy camino a los 50 años en el maravilloso mundo del periodismo y marketing. En la quinta de mi barrio, en el jirón Sandia, escuchaba música internacional en casa del vecino ‘Chanclito’.
Quién diría que después llegué como promotor de la disquera El Virrey Industrias Musicales, llevando discos de vinilo a las radios. Luego escribía textos en las fundas de los long plays de Bee Gees, Diana Ross, Nino Bravo, Perú Negro, Tania Libertad, Picaflor de los Andes.
Ahí promocioné a Melcochita luciendo África look. Los dueños me premiaron para estudiar en la Universidad de Lima. Años después trabajé en la disquera Sono Radio, apoyando a los artistas nacionales, entre ellos Los Pakines. Llevé de la mano a las emisoras a Eva Ayllón, difundiendo su primer magistral LP con ‘Ruperta’, ‘Idolatría’.
Y responsable del catálogo CBS. Llegó el día de mi suerte cuando Fernando Viaña Villa, director del diario Ojo, me formó como cronista internacional. Así viajé a la bella Caracas, asistiendo a los conciertos del ‘Puma’ José Luis Rodríguez y Paloma San Basilio en el teatro Teresa Carreño y me atendió en su camerino con linda bata.
Soy hijo de don Antonio, valiente y bondadoso policía de la gloriosa Guardia Civil del Perú, quien me inculcó el respeto. De esta manera fueron las irrepetibles entrevistas a las estrellas en sus países. En México, con fe a mi patrona la Virgen de Guadalupe, logré conocer al genial Mario Moreno ‘Cantinflas’, quien aún viviendo en Houston llegó al DF para conversar en su penthouse y lloró de emoción cuando le regalé un plato de plata con figuras incaicas.
La noticia que dio la vuelta al mundo fue cuando viajé a La Paz y luego de su concierto abordé el avión de Lufthansa junto al ‘Sol de México’, Luis Miguel. Entonando ‘La incondicional’ recordó a su mamá Marcela, actriz italiana. Y me dijo: ‘Órale, bajamos abrazados a la milenaria tierra inca’.
Fue maravilloso llevar a la incomparable Celia Cruz a nuestra sala de redacción. Se sentó ante mi máquina de metal Remington y exclamó: ‘¡Azúuucar!’, ante la algarabía de mis compañeros. Cómo olvidar al inmenso Roberto Gómez Bolaños, quien paró su grabación del ‘Chómpiras’ en Televisa para dialogar y con humor expresó: ‘Tómalo por el lado amable’.
Guardo interminables historias bonitas con la hermosa Gloria Estefan en la corporación de Miami Sound Machine. En la residencia de mi hermano José José.
Los inicios de Gisela Valcárcel, en plumas y lentejuelas, a quien admiro. Tengo percepción en mi vida. Así vi los comienzos de Carlos Espinoza Olcay, director de Trome, el pan del pueblo, convertido en el diario más popular y con mayor tiraje de Hispanoamérica. La gratitud es la memoria del corazón’”. ¡El señor Mendocha conoce a tantos famosos! Me voy, cuídense.
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