La Seño María

Padres hablen con sus hijos

Más importante que el dinero o el trabajo, que los amigotes o el trago, que el fulbito y nuestros vicios, es la familia
Padres e hijos (Getty Images)

Mi amigo, el fotógrafo Gary, llegó al restaurante por un seco de frejoles con cabrito de leche al estilo norteño y su sarsa criolla, arrocito y yuca sancochada. Para tomar pidió una jarrita de chicha morada. “María, por Fiestas Patrias el gobierno otorgó un feriado largo para que las familias disfruten de tiempo para viajar, pasear o descansar en casa.

Muchos han salido a provincias o al extranjero. Otros armaron parrillitas con parientes o amigos en sus viviendas y otro segmento, como los periodistas de Trome, han tenido que trabajar en estas fechas.

Mi reflexión va hacia los padres separados, divorciados o que por alguna razón no ven a sus hijos desde hace mucho tiempo. Aprovechen estos días para acercarse a ellos, para hablar, reírse o contarse anécdotas. Asimismo, para saber sus problemas, sus sueños y que sientan que alguien los apoya o comprende.

El tiempo no regresa. Los años pasan y cuando nos damos cuenta ya no podemos regresar. Por eso muchos se arrepienten al no haber estado en los momentos importantes de sus retoños. Y luego lloran de manera inútil porque ya no se puede hacer nada.

Aprovechen y visiten a sus hijos. Viajen con ellos u organicen salidas de casa. O hagan las pases con la familia que dejaron. Hablen sin celular ni tablets u otros dispositivos. Abandónense a la risa, a la conversación amena, a la buena comida o al baile.

Yo tengo una hijita adolescente que así nomás ya no quiere salir conmigo y mi esposa. Prefiere ir con las amiguitas. Yo pasé mucho tiempo con ella en su niñez. Sé lo que piensa, sus gustos y sus sueños. Estuve en casi todas sus actividades del colegio, en sus cumpleaños, hemos salido de viaje y de paseo cientos de veces. De todo eso ella se acordará cuando sea adulta y yo ya no esté. No me arrepiento de todo el tiempo que le di.

Y así deben ser todos los demás padres con sus hijos. Más importante que el dinero o el trabajo, que los amigotes o el trago, que el fulbito y nuestros vicios, es la familia. Son ellos los que estarán siempre a nuestro lado en los momentos más duros”. Gary tiene razón. Me voy, cuídense.

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