Mi amigo, el fotógrafo Gary, llegó al restaurante por un estofadito a la italiana con harto tomate y arrocito graneado. Para tomar, pidió una jarra de chicha morada. “María, en estas fiestas la gente acostumbra tomar y comer en exceso, pues se presentan reuniones de fin de año y Navidad con los compañeros de trabajo, excompañeros de estudio, vecinos y familiares.
En estas citas se ingiere harta grasa y muchos beben grandes cantidades alcohol. Esto no es aconsejable. Hay que mantener la cordura porque podemos sufrir algún problema de salud que nos malogre las celebraciones. Por supuesto que debemos ir a nuestras reuniones sociales, pero no hay que excederse. Nuestra gastronomía es rica, la mejor del mundo. Sin embargo, se prepara con bastante grasa y condimentos que, en exceso, causan indigestión y son una patada al hígado.
El Instituto Nacional de Salud (INS) reveló que el consumo de una tajada de panetón de 100 gramos representa para una persona el equivalente a ¡¡18 cucharaditas de azúcar!! Pensar que hay personas que comen medio panetón o más al día, pues no se puede negar que es muy sabroso.
Hay gente que dice preferir los panetones light, pero esos no existen. Igual llevan azúcar y grasas saturadas. Ojo que los peruanos disfrutamos del panetón tomando chocolate con leche y hasta le untamos mantequilla y, los más golosos, hasta le ponen mermelada, lo que incrementa la cantidad de calorías.
La nutricionista Sylvia Rodríguez advirtió en una entrevista que una cena navideña promedio puede sumar entre 800 y mil 200 calorías, cifra que excede considerablemente los límites diarios, situados alrededor de las 2 mil por día. Por ello, hay que comer bastante ensalada y disminuir o eliminar de la mesa el arroz, los purés y otros. Hay que cuidar nuestro cuerpo. Más aún porque tenemos familiares que nos quieren y desean pasar estos días en paz, armonía y con alegría.
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