Mis amigos, el fotógrafo Gary y el redactor gigantón ‘Barney’, continuaron contándome la historia de uno de los crímenes más misteriosos del país: el del magnate de la pesca Luis Banchero Rossi, en 1972. “María, ‘El Sonámbulo’ es un libro abierto. ‘Coleguitas, lo que no les conté era que el millonario tenía el presentimento de que lo querían matar. Y se lo dijo a tres personas.
En Navidad se sinceró con su amante, Silvia Iladoy, y le confió sus temores, le dijo que desconfiaba del gobierno militar de Juan Velasco Alvarado. Coincidencia o no, una vez muerto el gobierno expropió todas sus empresas.
Un par de días antes, le pidió prestado un revólver a su íntimo amigo, el agente de aduanas Juan Sagarbarría. Y la tercera fue su guardaespaldas, ‘El Chino’, a quien le reveló que en el Callao se ‘vocineaba’ que una mafia colombiana pretendía secuestrarlo e iba a pedir un rescate de un millón de dólares.
Ese día trágico dejó a su novia ‘oficial’ Susana Cabieses en su casa sanisidrina y enrumbó a su residencia de Chaclacayo. Solo, sin guardaespaldas, pese a que era dueño de 160 embarcaciones que descargaban más de 30 mil toneladas de pesca en sus ocho factorías costeras, además de empresas pesqueras con un ingreso de 60 millones de dólares al año, entre otros ‘business’.
Allí lo esperaba otra amante, Eugenia Sessarego, un guapísima mujer de 27 años. Pero al ingresar se dio con una terrible sorpresa: el hijo de su jardinero -según confesión de Eugenia- lo esperaba con un arma de fuego y lo inmovilizó. El se dejó maniatar sin oponer resistencia, pensando que el muchacho, algo ‘alocado’, quería dinero para celebrar el nuevo año y luego huiría.
Pero se desató un baño de sangre espeluznante. El magnate fue torturado y asesinado: lo golpearon con un objeto contundente en el ojo izquierdo, nuca, mejillas, que rompió su boca, nariz, frente y, por último, le asestaron tres puñaladas -con un cuchillo de cocina- directas a los pulmones que acabaron con su vida.
Juan Vilca se confesó culpable, pero a muchos les pareció inverosímil que pudiera ejecutar solo esa carnicería. Tras un juicio que fue la comidilla de los diarios y duró más de un año, lo condenaron a 20 años y a Eugenia a siete, pero ambos fueron indultados en 1977.
Ahora, 38 años después, el historiador Nelson Manrique publicó dos artículos titulados ‘¿Quién mató a Luis Banchero Rossi?’, donde sostenía que este habría sido asesinado por revelar el paradero del criminal de guerra nazi Klaus Barbie, conocido como ‘El carnicero de Lyon’, quien se encontraba en Lima.
Según el artículo, Banchero firmó, junto a un amigo suyo, el periodista alemán Herbert John, una carta al ‘cazador de nazis’ Serge Klarsfeld, informando del paradero de Barbie. La razón por la que el empresario suscribió el documento fue porque habría sido extorsionado por una red criminal nazi.
La información períodística concluía: el 28 de diciembre de 1971 Banchero y John avisaron que Barbie se encontraba en ese momento en Lima, bajo el nombre de Klaus Altmann, en Chaclacayo. Solo tres días después el millonario peruano fue asesinado. Coleguitas, saquen ustedes sus propias conclusiones'”. Pucha, qué terrible historia. Me voy, cuídense.