Julio Iglesias y Mendocha. (Foto: Trome).
Julio Iglesias y Mendocha. (Foto: Trome).

Mi amigo, el fotógrafo Gary, llegó al restaurante por un lomito al jugo con arroz blanco graneado y para tomar una manzanilla calientita. “María, llegó a la redacción mi amigo, el gran periodista y marquetero ayacuchano Malcom Mendocha. Estaba emocionado y despeinado por su cumpleaños. ‘Gary, cumplo 72 años y en mis varias décadas en el maravilloso mundo del periodismo y marketing he conocido grandes estrellas de la música y la actuación.

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En la década del 70 del siglo pasado, como promotor del sello CBS, recibí en la pista de aterrizaje a su megaestrella Julio Iglesias, número uno del ranking Billboard. Y aquí sus hits ‘Si me dejas no vale’, ‘Pobre diablo’, en discos de 45 rpm, los llevé a las radios para que los toquen. Su casa fonográfica desde Miami me dio la orden de dar extrema seguridad y atenciones a su célebre artista. Por eso lo hospedamos en el Hotel El Pueblo de Santa Clara, lejos de los paparazzis. Su mánager me invitó a almorzar ¡junto a Julio Iglesias! El astro solo lo hacía con presidentes, reyes, jeques”.

“Al borde de la piscina lucía complacido, sonrisa reluciente con dentadura blanquísima y rostro de piel canela. Me tocó el hombro y soltó un secreto: ‘Pues, hombre, acaba de nacer mi hijo Enrique, rezo para que mi crío siga mis pasos’.

Entendí su esbelta figura cuando ordenó a don Fortunato, mozo huancaíno, pescado a la plancha con aceite de oliva, contundente ensalada de lechuga y bebida rehidratante. Al probar el helado de lúcuma explotó: ‘¡Hostias!, qué fruta maravillosa!’.

Cumplí con su club de fans para que se tomen fotos. Esbozó una sonrisa y comentó: ‘Vale, las mujeres son el alma de mis canciones. Ahí está Gwendolyne, hija de un amigo francés, que me inspiró a los 25 años, ja, ja, ja’. Estudió para abogado y se convirtió en el más universal de la canción hispana.

Al final de la conferencia de prensa, agradeció al Perú y me estampó dos besos en mis cachetes, al estilo español. Con su trayectoria, fama de seductor, se enamoró y casó con la bellísima Isabel Preysler y, mencionando a Chabeli, remarcó que es una bendición tener una hija mujer.

Cuando volvió años después me invitó a su Cena Concierto en el Círculo Militar, junto a María Teresa, hija de nuestra Chabuca Granda. Y cerró con ‘La flor de la canela’ el inolvidable espectáculo’”. Yo siempre fui fan de Julio Iglesias. El señor Mendocha conoce a todos los artistas famosos. Me voy, cuídense.

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