Mi amigo, el fotógrafo Gary, llegó al restaurante por chanchito a la caja china con sus papitas coctel en salsa de champiñones y arrocito blanco. Para tomar pidió una jarrita de jugo de piña. “María, hace unos días tres personas murieron acribilladas tras una descomunal gresca entre vecinos, en Ate. Fue porque una persona con algunas copitas de más pasó por una casa donde salió un perro a ladrarle. Asustado, lanzó una piedra contra el animal, pero chocó contra la puerta de la vivienda.
Los ocupantes salieron encolerizados y se pusieron a pelear con el autor. Minutos después un pistolero llegó a la casa del sujeto de la piedra y lo mató junto a su madre y hermana. Todo por una tontería vinculada a un perro. Por eso, si queremos llegar sanos y salvos, al lado de nuestra familia, debemos evitar los lugares y situaciones riesgosos.
Si ese hombre hubiera pedido disculpas, nada hubiera pasado. Lo ideal es no pelearse. Todo se puede solucionar con el diálogo. En última instancia hay que retirarse y dejar todo en manos de la justicia. Asimismo, hay que evitar las zonas peligrosas, como lugares alejados, prostíbulos, bares de mala muerte o zonas donde hay drogadictos.
Nada bueno sacamos acercándonos a esos sitios. Nuestra familia es más importante que todo. No sirve arriesgar nuestra integridad visitando lugares que no conocemos o que vemos como peligrosos. Un simple ‘no’ te puede ahorrar muchos problemas.
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