Mi amigo, el fotógrafo Gary, llegó al restaurante por una milanesa de pollo con papas fritas, arroz graneado, ensalada y, para tomar, un té con limón friecito. “María, muchísima gente en el país anda metida en problemas con el Poder Judicial, con la Fiscalía o con la Policía, porque cruzaron la línea y se pasaron al lado oscuro, o porque, aún siendo inocentes, no tuvieron cuidado al tomar ciertas decisiones, se equivocaron y se vieron envueltos en graves líos.
Un tema con el que hay que tener muchísimo cuidado es con el dinero que llega a nuestras manos. Estamos en la obligación de conocer bien su origen antes de hacer uso de él. Por ejemplo, en el tema de las extorsiones, los delincuentes dan a las víctimas ciertas cuentas bancarias para que depositen en ellas el dinero que les piden. Se han dado casos en que los hampones utilizaron a gente con grandes necesidades económicas y sin mayor educación para que les presenten sus cuentas a cambio de unos soles.
Esas personas al final siempre son atrapadas por la Policía y acusadas de complicidad, pues en la información bancaria figuran todos sus datos personales. El criminal se lleva el dinero y desaparece, mientras que quien dio su cuenta bancaria es ubicado, capturado y termina preso. Los delincuentes también lavan su dinero sucio ‘invirtiéndolo’ en bares, discotecas y muchos otros negocios.
Los dueños de estos establecimientos muchas veces necesitan la plata para pagar deudas, planillas y otros, y ven a estos ofrecimientos como una tabla de salvación, sin saber que se están metiendo en un lío gordo que puede arruinarles la vida, perdiéndolo todo, incluso su libertad. Con el dinero hay que ser bien desconfiados para vivir tranquilos. Algunos consejos:
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