Mi amigo, el fotógrafo Gary, llegó al restaurante por un seco de cabrito con frejoles al estilo norteño. Para tomar pidió una jarrita de cebadita fría. “María, son impresionantes los incendios forestales que se están registrando en varias regiones del país, como en Amazonas, donde el fuego ha arrasado 5 mil hectáreas de bosques y pastizales. Preocupa sobre todo porque la selva es no solo el pulmón del Perú, sino también del mundo.
En pocos días se están borrando del mapa inmensas zonas de vegetación, ayudado por la sequía en esa zona. Imágenes satelitales muestran que los ríos de la Amazonía se están ¡secando! y otros han caído a su mínimo nivel. Urge por eso tomar conciencia de la importancia de conservar el ecosistema, impiendo la tala indiscriminada de los árboles y la afectación de la naturaleza.
El cine ha dado alucinantes teorías de un mundo distópico en el futuro. Con ciudades contaminadas donde todo el día llueve agua tóxica, la gente casi no sale de sus edificios y todo en el ambiente es gris y sucio. No lleguemos a ese extremo. No ensuciemos los ríos y lagos, tampoco el mar de Grau.
Recojamos la basura y usemos material reciclable. El planeta Tierra no es eterno. Así como vamos, en dos o tres generaciones nuestra forma de vida desaparecerá. Hay que plantar más árboles, flores y vegetación. Dile no al cemento, a esa obsesión de los peruanos de eliminar todo rastro de jardín y cambiarlo por concreto y ladrillo.
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