La Seño María

Crimen y castigo

La Seño María y el periodista gigantón ‘Barney’ hablan de los crímenes que han sorprendido a la capital peruana.
El fisicoculturista Pedro Enrique Ruiz Prado (23), fue asesinado a balazos por sicarios.

Mi amigo, el periodista gigantón ‘Barney’, pasó por el restaurante para llevarse un lomo saltado con sillao, papas crocantes y su jarra con agua de manzana heladita.

“María, la delincuencia, y especialmente el sicariato, se ha desbordado. En un solo día se produjeron dos asesinatos muy sospechosos en San Martín de Porres y San Juan de Lurigancho. Ninguna de las dos víctimas tenía antecedentes policiales.

En el primero, las cámaras captaron el preciso momento en que los asesinos en moto y con cascos se colocaron al costado del auto del abogado Juan Carlos Sánchez y Sánchez, que estaba sentado hablando por celular con las lunas cerradas, y le vaciaron la cacerina en su cabeza, rostro y cuello. Lo triste es que la víctima estaba esperando a que su joven esposa saliera del centro de estimulación temprana con su menor hijito. El crimen de San Juan de Lurigancho parecía una escena de un filme ultraviolento de Quentin Tarantino. Un musculoso joven paseaba con su bicicleta cuando un taxi le cerró el paso. Lo que parecía un simple accidente se transformó en imagen horrorosa cuando del auto bajó un sicario que lo acribilló delante de todos. Luego, subió al carro, que quiso pasar en una curva a un ómnibus con pasajeros.

Sin saber que les adelantaba el paso a los asesinos, el transportista los cerró y los criminales intentaron pasar y quedaron atascados. Todo lo filmó con su celular una transeúnte que gritaba desesperada: ‘No lo dejen pasar, han matado al chico, malditos’. Por unos segundos, los hampones se quedaron en el auto. Después salieron disparados con rumbo desconocido.

Pedro Ruiz Prado, a sus 23 años, tenía un gimnasio en los altos de su casa y era ‘personal training’, y colocaba en su Facebook fotos donde mostraba su musculatura.

Eso se planteó la novela del colombiano Fernando Vallejo: ‘La Virgen de los sicarios’. El protagonista, Fernando, llega a Medellín y conoce a Alexis, un sicario menor de edad, con quien vive un intenso romance. Alexis le explica cómo los jóvenes optan por el asesinato, al no tener ninguna alternativa de ascenso social.

Para ser sicario, primero hay que matar a una persona cualquiera que el cártel te señale. Puede ser un policía, un transeúnte, un ama de casa o un automovilista parado en un semáforo. Si pasas esa prueba, eres parte del ejército de sicarios de Pablo Escobar.

Antes de matar a un desafortunado, se encomendaban a María Auxiliadora, ‘la Virgen de los sicarios y patrona de los pobres’. Oraban y lavaban las balas en agua bendita, pero no siempre las plegarias a la Virgencita los libraban de una muerte implacable. Alexis es asesinado por otro sicario juvenil. Fernando, desesperado, busca a su asesino para cobrar venganza”.

Me voy, cuídense del virus.


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