Mi amigo, el fotógrafo Gary, llegó al restaurante por un pollo a la norteña con arrocito y rocotito molido. Para tomar pidió un refresco de lima limón. “María, terrible la historia de Josimar Quea, de 36 años, quien mató a su padre Sabino Quea Ccallo (64) y luego lo enterró en un descampado al lado del río Chillón, en Carabayllo. La razón: la víctima no había querido hacer un adelanto de herencia. El desnaturalizado hijo fue a la casa de su padre, donde discutieron y él le disparó a la cabeza.
Al rato llegó la esposa del fallecido, quien al verlo tendido en el piso, inerte, preguntó qué había pasado. Entonces decidió con Josimar deshacerse del cuerpo. Este fue sepultado un metro bajo tierra en la zona de Pedregal del Valle Chillón. Don Sabino tenía dos tiendas de ropa en el Callao y era muy querido por sus compañeros. Fue su viuda quien confesó y culpó a Josimar. Ahora, el sujeto está preso y purgará varios años de condena.
Cómo alguien puede asesinar al ser que le dio la vida. Y todo por dinero. Hay que criar a los hijos con mucho amor, inculcándoles valores y respeto. También enseñarles a ganarse la vida por sí mismos, sin engreimientos. Que no piensen que lo merecen todo en la vida sin hacer esfuerzo. A veces los padres cometemos el error de sobreproteger a nuestros hijos, dándoles todo y eximiéndolos de simples obligaciones, como limpiar su cuarto, ayudar a cocinar o mantener la casa ordenada.
Muchos de esos niños y jóvenes, cuando llegan a la adultez y no tienen el dinero de papá, se vuelven delincuentes para obtener plata fácil, sin esfuerzo. No tienen la cultura del trabajo. A los hijos hay que criarlos con derechos y obligaciones. Les damos amor, alimentación y cuidados, pero también deben trabajar en casa. Josimar se creía con el derecho de que su anciano padre lo siga manteniendo. Y su madre, en lugar de ayudarlo, debió denunciarlo. Algunos consejos de expertos para la crianza de los hijos:
- Cría a tus hijos con valores, pero sé también un ejemplo para ellos de trabajo, sacrificio y honestidad.
- Dales amor, pero castiga sus faltas. Que sepan esa relación de causa-efecto. Haces algo bien, premio. Haces algo mal, castigo. Pero no recurras a la violencia ni la humillación. Por ejemplo, si incumplen, quítales el televisor por un tiempo. La sanción debe ser proporcional, no exageres.
- Si tienes un negocio, que te ayuden en sus días libres. Que sepan lo que cuesta ganar un sol.
- Pon reglas en la casa. Todos deben cumplirlas. Eso refuerza la disciplina.
- Que tus hijos hagan deporte y lean. Eso los aleja de los vicios y la ociosidad. Y también de los malos amigos.
- Dales una profesión. Esa es su mejor herencia, que tengan las herramientas para surgir”. Gary tiene razón. Me voy, cuídense.