Mi amigo, el fotógrafo Gary, llegó al restaurante por un arroz de mariscos con harto pulpo, caracol, langostinos y calamares. Para calmar la sed pidió una jarrita con agua de maracuyá. “María, vengo muy preocupado por lo que está pasando con los exámenes para ejercer la medicina en el Perú. Gracias a una norma del Ministerio de Salud, la prueba de suficiencia para que los jóvenes galenos puedan hacer su Servicio Rural y Marginal de Salud (Serums) ya no es obligatoria. Inclusive, ahora se le ha quitado esta responsabilidad al Colegio Médico y la Asociación de Facultades de Medicina, para que lo ejerza el Minsa. La razón: dicen que hace falta médicos en las zonas más alejadas del país y por eso envían a los menos aptos, a los que desaprobaron la prueba. Hace unos meses, el Colegio Médico del Perú alertó que más del 90 por ciento de los egresados de medicina de las universidades particulares desaprobaban la prueba de suficiencia para ejercer su profesión en el país.
Todos estos provenían de las llamadas ‘universidades de cartón’, aquellas que consideran ‘clientes’ y no estudiantes a los que se inscriben en sus programas de estudio. María, cuando yo era chico, los más ‘cráneos’, los más inteligentes y preparados ingresaban a la Facultad de Medicina de San Fernando, en San Marcos. Había que estudiar toda una vida para ser un cachimbo de ese programa. Por eso, los más prestiogiosos profesionales provenían de esas casas de estudios, junto a la Cayetano Heredia y otras más de reconocida idoneidad. Pero desde que Fujimori abrió las universidades privadas en los años 90, estas se convirtieron en ‘fábricas’ de universitarios, que no pasan exámenes y solo se inscriben. A lo más dan una pruebita para engañar a la gente. A mí me daría miedo atenderme con estos médicos. No es posible que profesionales sin capacidad y con una pésima educación puedan ser galenos. El pretexto del Ministerio de Salud de que faltan profesionales y por eso hay que aprobar a todos, incluso a los más burros y que no tienen el nivel ni siquiera de un ‘chamán’, es insoportable. Ya basta de los lobis en el Congreso y el gobierno”. Gary tiene razón. Me voy, cuídense.
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