Mi amigo, el fotógrafo Gary, llegó al restaurante por un aguadito de menudencia de pollo, arroz tapado con carne molida y, para tomar, jugo de naranja. “María, la inseguridad es una de las principales preocupaciones de los vecinos en los últimos tiempos.
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Esto es comprensible, todos tenemos una mala experiencia con asaltos y robos, o conocemos de algún familiar, vecino o compañero de trabajo baleado durante un atraco. El hampa, de verdad, nos está desbordando. La Policía todos los días hace capturas, pero los asaltos, homicidios y otras modalidades del delito siguen ocurriendo.
Ya parecemos la Chicago de los años 30 en Estados Unidos, o México, donde todos los días las bandas del narcotráfico matan gente. Urge de verdad un plan a todo nivel para detener esta espiral de violencia, que no se veía desde la época del terrorismo. Los delincuentes salen todos los días a ver cómo consiguen dinero de mala manera.
El colmo es que ahora cobran cupos a los vecinos de barrios populares que tras juntar su platita con mucho esfuerzo quieren llenar el techo de sus casas o hacer algunas refacciones. O extorsionan a los dueños de bodeguitas de barrio, que con las justas sacan para pagar los servicios y por eso, ante tantas amenazas, tienen que cerrar sus negocios.
EXPULSAR A TODOS LOS DELINCUENTES EXTRANJEROS
Lo primero que debemos hacer es expulsar de nuestro país a todos los delincuentes extranjeros. No importa que griten esas ONG que viven con dinero del exterior, que aducen que estamos ante un caso de xenofobia. No, señor. Los extranjeros que vienen a trabajar y a contribuir con el desarrollo nacional, bienvenidos.
A esos los aplaudimos, porque los peruanos, en algunos momentos de nuestra historia también hemos sido migrantes. Hay millones de compatriotas en Chile, Argentina, España, Estados Unidos, México.
Antes estaban en Venezuela, pero tuvieron que huir espantados ante el hambre y la falta de trabajo en ese país, tras la catástrofe que significó la entrada del chavismo a esa otrora pujante nación.
Estamos a menos de dos meses de las elecciones municipales y regionales. Los candidatos deberían armar planes para combatir el hampa en todas sus modalidades. Que no se dediquen solo a repetir clichés, frases para la tribuna. Que convoquen a los mejores especialistas en seguridad y si no hay en el Perú, pues que vengan del extranjero.
Hace unos años el fallecido exalcalde de Lima, Alberto Andrade, contrató a un norteamericano especialista en seguridad, William J. Bratton, quien elaboró el llamado Plan Bratton. Este había desterrado la delincuencia en la Nueva York de los 80. El plan no se pudo concretar por celos políticos del gobierno de entonces y tampoco lo continuaron los alcaldes que sucedieron a Andrade. Ya es hora de darle guerra a muerte al hampa, como se está haciendo con las huestes senderistas en el Vraem”. Muy bien, Gary, tiene las precisas. Me voy, cuídense.