Mi amigo, el fotógrafo Gary, llegó al restaurante por un rico arroz con pollo, presa parte pierna acompañada con salsa criolla y, para tomar, una manzanilla calientita. “María, los peruanos estamos viviendo una ola delincuencial terrible que está causando muertes y la pérdida de mucho dinero.
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Una de las últimas víctimas de los asaltantes es el conocido boxeador Jonathan Maicelo, quien se ha ganado el cariño de la gente por su carácter campechano. El popular ‘Batedía’ estaba en su gimnasio, ubicado en la avenida Sucre, en Pueblo Libre, cuando dos delincuentes venezolanos ingresaron y lo encañonaron.
Se robaron celulares, un reloj y su cadena de oro con incrustaciones de diamantes valorizada en 18 mil soles. El chalaco cuenta que pensó reaccionar, pero dos armas le apuntaban y oponer resistencia habría sido prácticamente un suicidio, pues los hampones no dudan en disparar a matar casi sin motivos.
Maicelo solo es una víctima conocida que sufrió un asalto en un distrito céntrico, pero a diario hay cientos de personas anónimas que son víctimas de todo tipo de delitos, principalmente en los distritos con menos seguridad.
El Gobierno debe tomar conciencia del gravísimo problema de la delincuencia, que no solo quita vidas y destruye hogares, sino que también va dinamitando la economía de los peruanos. Numerosos son los emprendedores que invirtieron todo su dinero, que se esforzaron día y noche por sacar adelante sus pequeños negocios, pero que al ser víctimas de un asalto lo perdieron todo en segundos.
LAS AUTORIDADES ESTÁN EN OTRA
¡Tantos años de trabajo para que unos sucios hampones se lo lleven todo tan fácil! Muchos se ven obligados a cerrar sus emprendimientos pues sin su capital no pueden pagar el alquiler, a sus trabajadores, las deudas con los bancos, con los acreedores. Esto repercute directamente en las familias, pues muchas que pugnaban por ser parte de la pujante clase media, de un momento a otro vuelven a la pobreza.
Mientras los peruanos nos vemos sitiados por la delincuencia, incluso importada, que trae métodos más violentos y salvajes, las autoridades del Gobierno están en otra. Qué esperan para repotenciar a la Policía entregándole mejores uniformes, armas, equipos de comunicación.
El número de efectivos es escaso ante el aumento de criminales, pero altos mandos de la Policía en retiro señalan que hay unos treinta mil agentes que cumplen funciones administrativas y que deberían salir a las calles a vigilar. El tema de la inseguridad es complejo, pero hasta el momento no se ve que las autoridades hagan algo. Una lástima”. Gary tiene razón. Me voy, cuídense.
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