Atento a las señales de suicidio (Foto: GEC)
Atento a las señales de suicidio (Foto: GEC)

Mi amigo, el fotógrafo Gary, llegó al restaurante por una cachemita frita con yuca dorada, arrocito y sarsa criolla. Para tomar pidió una jarrita de limonada. “María, terrible lo que pasó la tarde del martes en la Universidad de Lima cuando un joven estudiante cayó desde el quito piso de un pabellón, según dicen, porque su novia terminó con él. De acuerdo a las primeras investigaciones, la chica y un vigilante trataron de controlarlo, pero finalmente el muchacho se precipitó al vacío. Ahora está grave en un hospital. La semana pasada, otro muchacho asesinó a cuchilladas a su enamorada porque esta decidió separarse de él. Todo ocurrió dentro del campus de la Universidad Nacional de San Agustín, en Arequipa.

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¿Qué está pasando por la mente de muchos jóvenes que no pueden controlar sus emociones y ocasionan tragedias? La vida ciertamente está hecha de logros y decepciones. De victorias y derrotas. Es más, todos hemos terminado alguna vez con una pareja. O nos han dejado y hemos sufrido. Pero no por eso cometemos locuras. A lo más nos emborrachamos con los amigos o lloramos. Y las mujeres se lamentarán con las amigas o saldrán de shopping, y nada más. Creo también que la familia debe estar atenta a algunas señales de sus seres queridos, para saber qué está pasando por su mente. Lo normal es que las personas con problemas emitan señales, como cambios de humor, se encierran en sus cuartos o no quieren comer. Por eso la comunicación es muy importante. Para eso están los desayunos o almuerzos en familia, o los paseos. Esas dos situaciones que recordé al principio se habrían podido evitar si la gente del entorno trataba a tiempo las disfunciones de los involucrados. Ahora ya es un poco tarde. Pero que sirva de ejemplo para que no vuelva a pasar. Para eso están los amigos, la familia, los compañeros. Para dar apoyo espiritual. Y también Dios. Mantente atento a estas señales:

  • Escuche a su hijo, incluso cuando no está hablando. Esté atento a cambios importantes en los patrones de sueño, el apetito y las actividades sociales de su hijo.
  • Nunca descarte las amenazas de suicidio como un melodrama típico de los adolescentes. Esa idea está permanentemente en su cabeza como una válvula de salida.
  • Busque ayuda profesional de inmediato. Llévelo o convénzalo de ir a un psicólogo. Y que la familia y los amigos se involucren.
  • Retire o asegure las armas que tenga en casa. Haga lo mismo con otras herramientas y sustancias letales. No lo deje solo de manera permanente.
  • Anímelo a ver a familiares y amigos. Sugiérale que haga actividad física o algo que le despierte interés, como la música o el teatro”. Pucha, qué buenos consejos de Gary. Me voy, cuídense.

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