Keiko Fujimori y Joaquín Ramírez en la mira de ‘El Búho’

Este Búho no necesita abrir sus ojazos para darse cuenta que esta segunda vuelta electoral está que quema y cualquier cosa puede suceder. Uno corre el riesgo de acostumbrarse a encoger los hombros ante gravísimas acusaciones y de perder nuestra capacidad de asombro, y de exigir transparencia en algunos hechos y conductas. Y esto lo digo por ambos candidatos de la segunda vuelta en las Elecciones 2016 . Reitero que este Búho no apoya ninguna candidatura en especial.

Aclarado esto, me veo en la obligación de tocar el delicado tema de Fuerza Popular y su todopoderoso secretario general y congresista Joaquín Ramírez, quien según una denuncia periodística es investigado por la agencia antidrogas norteamericana, DEA, porque habría un audio presentado por un piloto comercial peruano residente en Miami, donde el fujimorista le hace una confesión: “La ‘China’ (Keiko Fujimori) me dio 15 millones de dólares para ‘lavarlos’. Lo hice en grifos, locales de venta de combustible”.

La denuncia tuvo efecto de bomba atómica, porque se lanzó después de culminado el debate técnico en el Cusco. Luego, la misma DEA se encargó de precisar que Keiko no estuvo ni está investigada por ellos. Pero no incluyó a Ramírez. Entonces, empecemos por imaginar que como ella sostiene, es completamente inocente. Pero para este Búho, la hija de Alberto Fujimori comete un gran error al defender a Ramírez, un personaje que tiene varias denuncias sobre el gravísimo delito de lavado de activos, pero siempre ha sido ‘blindado’ por Keiko Fujimori, aunque ella lo niegue. ¿Por qué será?

Cuando Sol Carreño le consultó a Keiko Fujimori si alguna vez le preguntó a Ramírez sobre los orígenes de su fortuna (tiene siete millones de dólares, invertidos en inmuebles en Perú, Miami, posee grifos y hasta un equipo de fútbol profesional, además el congresista contó que empezó como cobrador de combis, por lo que debe ser un genio en las finanzas), causó extrañeza que la candidata no se haya interesado en este tema, pues en el 2014 la procuradora Julia Príncipe le inició una investigación ¡¡por lavado de activos!! de sus empresas, con mil 450 folios y 350 anexos, y hasta pidió que se le levante la inmunidad parlamentaria.

Por eso, con mayor razón, Keiko Fujimori debería dar una imagen de que no va a permitir que su partido sea el mismo de su padre, cuando su progenitor protegió y cogobernó con un Vladimiro Montesinos, que ya era denunciado como un corrupto, socio de narcos y traficantes de armas, entre otras ‘joyitas’. Lo mínimo que debería hacer es no defenderlo, dejar que lo haga solo y apartarlo de la campaña hasta que esto se esclarezca.

O sea que así Keiko Fujimori o José Chlimper incomprensiblemente lo sigan defendiendo, este asunto no se va a quedar allí y seguirá creciendo y, definitivamente, le puede afectar a tres semanas de las elecciones y con un virtual empate técnico en el marcador. Cualquier político, ante esta dramática circunstancia, sacrificaría a un personaje que, por lo demás, inspira desconfianza, no se le ve transparente, es más bien oscuro. Es obligación del periodismo fiscalizar a quienes pretenden gobernarnos. Apago el televisor.

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