Robert Redford, el mítico gran actor y director norteamericano, se retira de los escenarios. ‘Nunca digas nunca, pero he decidido que este será mi último trabajo como actor y que me jubilaré cuando termine, porque lo vengo haciendo desde que tengo 21 años. Pensé que ya es suficiente y por qué no despedirme con un filme que es positivo y esperanzador’, dijo Redford a un conocido semanario, a propósito de The Old Man & The Gun, la historia de un ladrón que disfruta como un juego el robo a un banco, como la posibilidad de escapar de la cárcel.
‘Mi personaje robó 17 bancos, fue atrapado 17 veces y se escapó 17 veces también. Eso hizo que me preguntara si no se dejaba encarcelar a propósito para disfrutar de lo que realmente lo apasionaba, que era escaparse’, comentó.
Redford deja grandes películas y frases también. ‘El dinero puede ser peligroso, es una gran seducción. La vanidad es otro mal. Estás tan ligado a tu aspecto físico que llega a ser algo devastador, porque eso no dura para siempre. No quiero encasillarme como el tipo apuesto. Eso me irrita. Por eso, cuando estás en contacto con la tierra nada de eso importa. Necesito espacio para renovarme, así vuelvo a trabajar con la visión más clara’, expresó alguna vez.
El actor no esconde el paso del tiempo. Al contrario, sostuvo más de una vez que le resultaba muy interesante ver cómo su aspecto se iba transformando. No disimula ni esconde los pliegues de su rostro cada vez más arrugado, detrás del cual todavía brillan con fuerza sus ojos celestes, una de las marcas más distintivas de su gran época de galán.
Es cierto, durante décadas fue encasillado por las revistas frívolas de farándula hollywoodense como un ‘sex symbol’ o una ‘cara bonita’. La industria del cine nunca imaginaría que ese actor que le redituó millones de dólares por sus películas, algún día sería el pionero en fundar festivales de cine independiente, como el ya clásico Festival de Cine de Sundance, cantera de buenos directores y propuestas ajenas a los corsés de la gran industria. Pero hay que escudriñar en la biografía del actor para comprender lo que fue el derrotero de su vida.
Se crió en un hogar de clase media, en un barrio hispano de Los Ángeles con un padre contador. Cuando su madre enfermó de cáncer y murió a los 41 años, el joven se volvió un rebelde, pero a la vez le gustaba dibujar y escribir historias.
Se fue a Europa a vivir la bohemia parisina y romana, pero regresó frustrado, pues el Viejo Continente no era lo que había escrito Ernest Hemingway décadas atrás. Se dedicó al trago, pero halló un salvavidas. Una universitaria de Utah, bellísima, llamada Lola Van Wagenen, le cambió la vida. Dejó de tomar y se matriculó para estudiar actuación. Fue uno de los mejores actores teatrales de Broadway y por su talento y pinta fue contratado en Hollywood. Al principio, las películas no le reportaban fama ni ganancias, a tal punto que su padre lo emplazó: ‘¿Por qué no te buscas un empleo de verdad?’. Hasta que con el filme ‘Descalzos por el parque’ (1967), con Jane Fonda, logró el estrellato definitivo.
Sin embargo, la gran película que lo convirtió en la estrella más taquillera de Hollywood fue ‘El golpe’ (1973), con su gran amigo Paul Newman. Fue nominado al Óscar como actor principal. Pero la cinta que lo marcaría sería ‘Todos los hombres del presidente’ (1976), basada en el libro de los periodistas del Washington Post que destaparon el ‘caso Watergate’, que hizo caer a Richard Nixon. Allí, los periodistas Carl Bernstein (Dustin Hoffman) y Bob Woodward (Redford) del Post investigan una escandalosa red de escuchas telefónicas clandestinas ordenadas nada menos que desde la propia Casa Blanca.
Los hombres de prensa sufren presiones de todo tipo, pero al final, con el apoyo de los editores del medio, logran sacar su investigación a la luz y en agosto de 1974, el arrogante y poderoso presidente Nixon tuvo que renunciar vergonzosamente entre lágrimas. A Redford nunca le gustó alternar en el pseudoglamoroso mundo de Hollywood. Toda su vida vivió en su rancho de Utah criando caballos, si es que no estaba filmando. En estos momentos, cuando fuerzas oscuras amenazan con acallar a los hombres de prensa que lanzaron los ‘audios de la vergüenza’, sería bueno buscar ‘Todos los hombres del presidente’, especialmente los jóvenes estudiantes de Comunicaciones. Allí, Redford y su compinche, periodistas de raza, se enfrentarán al poder abusivo. Apago el televisor.
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