Este Búho esperaba con expectativa el nuevo filme del maestro Quentin Tarantino, que se estrena hoy. Vi el frenético tráiler y sé que esta, su novena y penúltima película -hace tiempo, el genio de Knoxville, Tennessee, amenazó con retirarse de la dirección después de su décimo trabajo- no me defraudará. Es, ante todo, un homenaje a la ciudad de Los Ángeles de 1969.
Las fastuosas producciones del viejo Hollywood de la década de los cuarenta, cincuenta o inicios de los sesenta ya eran historia cuando Quentin llegó a los dos añitos. El Hollywood de su infancia o, mejor dicho, la ciudad de Los Ángeles que lo recibió junto a su madre sureña, era muy diferente. No solo a su Knoxville natal. En Los Ángeles había playas, comunidades hippies, un crisol de razas. Desde que tenía cinco años, la nueva pareja de su madre lo llevaba al cine, incluso a ver películas de mayores. En las mañanas veía todo el día dibujos animados. A los ocho ya era un cinemero consumado. Su padrastro también lo hacía acompañarlo a ver las películas de cowboys, herederas de esa joyita de Sergio Leone ‘El bueno, el malo y el feo’.
Hace poco confesó Tarantino: “La mejor película que vi en mi vida fue ‘El bueno, el malo y el feo’”. Y en homenaje a Leone, quien filmara su testamento cinematográfico con la extraordinaria ‘Érase una vez en América’, nos presenta su última película con el título ‘Érase una vez en Hollywood’ (2019).
No por nada, en este nuevo trabajo, presenta como pareja a Leonardo DiCaprio y Brad Pitt, además de trabajar con Al Pacino. Estos dos ‘monstruos’ del cine juntos -refiere Quentin- son el equivalente de los extraordinarios Paul Newman y Robert Redford cuando protagonizaron en 1969 ‘Dos hombres y un destino’, película que vio con su padrastro escondido en la platea, porque solo tenía siete años.
El director le rinde un homenaje a ese Hollywood de largometrajes de acción y bajo presupuesto en los personajes de Rick Dalton (DiCaprio) y su inseparable doble (Cliff Booth). Dalton, que ya no reconoce a su añorado Hollywood de los cincuenta, es vecino de una rutilante estrella, Sharon Tate, como vemos en el tráiler.
Cuando se filtró la noticia de que en el argumento se incluía entre los personajes a la inolvidable actriz de ‘El baile de los vampiros’, se pensaba que el filme iba a girar en torno al sangriento asesinato de Tate y sus amigos, a manos del sanguinario clan que capitaneaba el diabólico Charles Manson con su ‘familia’. Si será así o no, ya lo veremos, pero en el avance oficial se ve al mismo Manson y miembros de su ‘familia’ desfilando por esta etapa crucial en la vida artística social y cultural de Estados Unidos.
Aparecen también Bruce Lee y, como no podía ser de otra manera, las fiestas orgiásticas de la mansión de Hugh Hefner, dueño de Playboy, con las dos cantantes de legendario grupo ‘The Mamas and the Papas’ (‘California Dreamin’, entre otros temas), Cass Elliot y la bellísima Michelle Phillips.
Además de Tate, su esposo, el director Roman Polanski, y el mítico actor Steve McQueen (‘La fuga’, ‘Papillón’). Tarantino tenía solo seis años cuando el clan de Charles Manson cometió la más brutal masacre que Hollywood recuerde.
Durante dos noches consecutivas, los Manson, comandados por el demoniaco Charles, asesinaron a siete personas, entre ellas a la diva Sharon, que tenía ocho meses de embarazo y a quien le asestaron 16 cuchilladas. Los Ángeles ya nunca volvería a ser la misma. Los satánicos infiltrados en el movimiento hippie le dieron un duro golpe al movimiento.
Creo que nadie como Tarantino podría captar mejor ese momento de aquel lejano Hollywood y de aquel Los Ángeles delirante, porque son los recuerdos más entrañables de su niñez y los de esos ‘años maravillosos’, que permanecerán imborrables e imperecederos. Al salir del cine podremos criticar o cuestionar seguramente su propuesta, pero no se podrá negar que en ese filme que hoy se estrena, según él mismo reconoce, expone parte de su vida y esto lo convierte en extraordinariamente personal. Después de la función me mandaré con mi comentario sobre la película en sí, para mis fieles lectores.
Apago el televisor.