Este Búho considera que el prófugo Vladimir Cerrón demuestra un total desprecio por la justicia peruana y prefiere mantenerse en la clandestinidad mandando mensajes en Twitter en vez de ponerse a derecho. ‘Agradezco el gesto de solidaridad internacionalista de los delegados al Seminario Internacional de México, quienes han denunciado una persecución política contra mi persona y la no existencia de garantías judiciales en el país’, escribió muy suelto de huesos desde su ratonera.
El popular ‘Doctor anemia’ fue sentenciado a prisión efectiva de tres años y seis meses al encontrársele culpable del delito contra la administración pública por firmar un contrato de ejecución por el Aeródromo Wanka en Huancayo, sin el visto bueno del Ministerio de Economía y Finanzas, y afronta una orden de captura a nivel nacional.
Esta sentencia es una de otros tantos juicios que enfrenta por corrupción cuando era el todopoderoso gobernador regional de Junín. Para conocer la catadura de este político que logró que su partido Perú Libre ganara las elecciones presidenciales del 2021, y llevara a la presidencia al corrupto y golpista Pedro Castillo, es indispensble leer el libro del periodista de investigación Carlos Paredes: ‘El otro Vladi, biografía no autorizada del portero más famoso de la nación’.
En la publicación se revela la génesis ideológica extremista de este nefasto personaje, las ‘perlas’ de la corrupción en el gobierno regional y flagrantes casos de agresiones al periodismo. Paredes sostiene que para Cerrón, como ya lo demostró como gobernador, una prensa independiente y vigilante es un ‘enemigo’, y considera que el poder de turno debería tener ‘sometidos’ a los medios.
‘La lucha política es invadir todo canal de comunicación contrario a nuestros intereses’, lo dijo sin rubor ‘Vladi’ a militantes de Perú Libre durante una ‘escuela política’. Incluso, puso como ejemplo a Fidel Castro, el dictador que gobernó Cuba durante décadas y que él tanto admira, donde no hay libertad de expresión y donde el único periódico que existe es el soporífero ‘Gramma’, órgano del Partido Comunista Cubano.
Imagínense. Ese es el pensamiento Cerrón puro y duro. Sus antecedentes como gobernador refuerzan su tesis. En Huancayo, centro de operaciones del partido del lápiz, hacía lo mismo contra sus opositores cuando era gobernador regional.
Sus dos gestiones, marcadas por la corrupción y la ineptitud, que pueden verse y comprobarse en tremendos ‘elefantes blancos’, fueron fiscalizadas e investigadas por colegas valientes y probos, que pusieron por delante el oficio antes que su integridad física.
‘Cuando se empezaron a destapar las corruptelas de Cerrón, también empezaron a querer callarnos. Las denuncias que hicimos nunca se profundizaron, pero era evidente de dónde venían los ataques’, reveló un colega que prefirió que omitan su nombre por temor a represalias.
Hasta hoy los tentáculos de Cerrón siguen moviéndose por Junín y en el actual Congreso. Al valiente periodista Santos Porras lo secuestraron la noche del 13 de setiembre del 2014, cuando salía de una reunión. En un auto lo llevaron hasta la orilla del caudaloso río Mantaro. ‘¡¡Te crees muy escurridizo... estás jodiendo..!!’, le gritaron.
Porras venía denunciando constantemente actos irregulares en la gestión regional de ‘Vladi’. Y lo lanzaron al río con la intención de que se ahogara. De milagro logró salir a la orilla y salvar la vida. Aquella vez pudoescapar, pero la intención claramente era acabar con él.
Meses antes de ese atentado, en la vivienda de Edvan Ríos, otro periodista, detonaron una bomba casera a modo de intimidación, afectando la puerta y ventanas. Ambos reporteros, emblemáticos en la región, habían destapado juntos desde el diario Correo de Huancayo una serie de actos de corrupción, como cobro de cupos, extorsiones, pago por entrega de brevetes, entre otros hechos cuestionables para la región.
Quien sí dio la cara fue el colega Óscar Rodríguez, corresponsal de Panamericana en Huancayo. Él denunció la malversación de fondos del Gobierno Regional de Junín en la creación de un vivero. Se había aprobado una millonaria inversión para esa obra, pero jamás se ejecutó. Al anunciar el destape por sus redes sociales, la misma noche, dejaron un perro muerto en la puerta de su casa y lanzaron piedras sobre su techo de calamina. Él entendió el mensaje, pero ‘no arrugó’ con la denuncia. Apago el televisor.
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