Este Búho cree que un policía corrupto merece doble castigo. En un país azotado por bandas criminales resulta indignante y vergonzoso que se capture a efectivos que manchan el uniforme cobrando coimas o ‘sembrando’ drogas a inocentes para exigirles dinero. Dan asco. Hasta un comandante acaba de ser detenido y se encuentra en prisión preventiva.
Los policías tienen un código de honor, el servicio a la ciudadanía, no pueden convertirse en vulgares delincuentes. Pero esto no solo pasa en el Perú. Repaso algunas películas emblemáticas que presentaban a policías que eran verdaderas ‘manzanas podridas’ de la institución.
‘DÍA DE ENTRENAMIENTO’ (‘Training Day’, de Antoine Fuqua. 2001): Denzel Washington es un actor que en la mayoría de sus filmes hizo de bueno, pero en este personificó a un policía tan malo, corrupto, asesino y tramposo, que en la calle lo agredían ciudadanos que pensaban que el gran actor era igual a su personaje Alonzo Harris.
En esta película interpreta a un vil oficial de Los Ángeles con varias condecoraciones y ascensos, pero que es el más corrupto de todo el cuerpo. Él lidera una ‘banda’ de policías encargada de extorsionar, robar y asesinar a delincuentes. Se reúne en restaurantes con varios jueces y comisionados igual de corruptos, quienes son los que expiden las órdenes de allanamiento para que Alonzo y sus secuaces roben el botín que esconden los delincuentes, a los que después asesinan a sangre fría.
Pero Alonzo no las tiene todas consigo. En una noche de juerga, en un casino de Las Vegas, asesina a un inmigrante sin imaginar que era un prominente miembro de la mafia rusa. La implacable cofradía le da un ultimátum: si no les paga un millón de dólares, será hombre muerto.
Y él sabe que los rusos cumplen sus promesas. Desesperado, decide robar a un viejo delincuente amigo del que está seguro que esconde un millonario botín en algún lugar de su casa. Justo el día en que va a dar el golpe a Roger (Scott Glenn), le asignan a un jovencito como agente novato, Jake Hoyt, encarnado por un notable Ethan Hawke.
El muchacho quiere ser detective y logra su traslado de patrullaje en un sector residencial a investigaciones criminales, bajo el mando del cínico Alonzo Harris. Pero nunca imaginó que en su primer ‘día de entrenamiento’, Harris le hará fumar marihuana, lo llevará a robar en la casa de un ladrón afroamericano y, por último, lo convertirá en testigo del asesinato a sangre fría de Roger.
Cuando Alonzo se da cuenta de que Jake no está dispuesto a ser cómplice del accionar de ese escuadrón, lo lleva al más maleado barrio de chicanos de la ciudad y lo deja jugando cartas con el peligroso pandillero ‘Smiley’ y su gavilla de psicópatas. Lo ‘deposita’ con la orden de asesinarlo. Pero increíbles sucesos y casualidades hacen que Jake se libre de la muerte y ajuste cuentas con su instructor del mal.
Tan convincente fue la actuación de Washington en la piel de Alonzo que ganó el Óscar al mejor actor en el 2002, mientras Ethan Hawke fue candidato a mejor actor de reparto.
‘INFILTRADOS’ (‘The Departed’, de Martin Scorsese. 2007): Con esta película, el maestro ganó su primer Óscar a mejor director. El amo y señor de los bajos fondos de Boston, Frank Costello (Jack Nicholson), ve potencial en el más palomilla de los ‘pirañitas’ de sus dominios en los barrios más movidos de la ciudad y lo hace ingresar a la Academia de Policía para que sea una ‘rata’, un infiltrado.
A su vez, el jefe de la policía, Oliver Queenan (Martin Sheen), hace lo mismo, pues a su mejor elemento, Billy Costigan Jr. (grande Leonardo DiCaprio), lo comisiona para una labor suicida al introducirlo en la organización de Costello. Ambos policías cumplen a cabalidad su labor. Tanto Costello como el capitán de policía saben que tienen a una ‘rata’ en sus organizaciones y las cosas pintan mal para ambos.
A su vez, el siniestro Colin Sullivan (Matt Damon) saca ventaja de su instinto asesino y falta de escrúpulos para acorralar al policía honesto que, al morir el jefe de la policía, se queda sin identidad. Solo el ‘partir’ al traidor, encamándose con su novia, mitiga la desesperación del policía infiltrado, que entregó todo para combatir al crimen y termina derrotado por una ‘rata’ dentro del cuerpo de élite.
Mark Wahlberg encarna al sargento Sean Dignam, otro policía honesto que trata también de cazar a la ‘rata’ y vengar al jefe de la policía asesinado. Extraordinarias actuaciones bajo la batuta de un maestro que conoce muy bien lo picante de la calle. Y todo se resume a una moraleja: No hay nadie más peligroso y despreciable que un policía delincuente.
Estas películas deberían pasarlas en todas las escuelas de policía del país, para que vean lo denigrante que es cuando los agentes cruzan la línea. Apago el televisor.
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