Este Búho continúa analizando los resultados de las Elecciones Generales Perú 2021 del domingo, que terminó con el pase a la segunda vuelta de Pedro Castillo, de Perú Libre, y Keiko Fujimori, de Fuerza Popular. Será un enfrentamiento que, desde ya, vaticino estará manchado por una terrible ‘guerra sucia’.
Sobre la segunda vuelta tendré mucho para comentar. Pero recibo correos de jóvenes lectores que me piden que profundice con mi lista de ‘los grandes perdedores’.
‘Porky’ hizo honor a su apodo y en verdad armó un show, pero patético. Hubo un momento en que se creía fijo y gritaba: ‘La ola celeste sigue arrasando, ya falta poco para ganar en primera vuelta’. En ese momento había subido en las encuestas y su ejército de trolls virtuales y de carne y hueso vocineaban que ‘era fijo’.
El pan se le quemó en la puerta del horno por sus desequilibrios de todo tipo. Es tan picón que después del anuncio del ‘boca de urna’ dijo que podría apoyar a ‘Lapicito’ Castillo porque es un ‘hombre de familia’. Pero lo cierto es que el ‘rondero’ durante la campaña anunció que iba a estatizar hasta sus lujosos trencitos.
Se quiso ‘blanquear’ por consejos de sus desubicadas asesoras barranquinas, que le aconsejaron dejar de lado a la gente de los cerros ‘para ganar a la clase media’. Sus paisanos cusqueños le propinaron una cachetada y votaron por el ‘Lapicito’.
Dicen que se consuela cantando temas tristes de Mon Laferte en una mesa del Juanito de Barranco, acompañada de un ‘Demonio de los Andes’.
Su padre le dijo que lo iban a transformar en un ‘Robocop de la política’. Pero, al parecer, en el debate del Jurado se le acabaron las baterías, pues sus balbuceos lo asemejaban más bien a un ‘bebé probeta de la política’, al que dos recorridas candidatas le dieron un par de nalgadas para que no haga berrinches.
Los analistas se equivocaban cuando sostenían que ‘habían tres candidaturas de izquierda’. Al final solo hubo dos, porque el ‘líder’ del Frente Amplio jugó de ‘mantequilla’. Y pensar que sacó a Verónika Mendoza de su frente para querer ser candidato. Hasta el mayordomo ‘Largo’ de ‘Los locos Addams’ tiene más carisma y simpatía que el responsable de la desaparición de su partido. Es capaz de arrimarse a su paisano cajamarquino.
Después de su debacle, lo único que le queda al ‘moradito’ es contarle algún día a sus nietos que en la elección del 2016 lo sacaron de carrera con malas maniobras, porque era el favorito para llegar a la presidencia. Su candidatura empezó a morir por culpa del ‘tronchito’ de su congresista Daniel Olivares y su risita ante un tema que no se puede tomar a la broma: el consumo de drogas que destruye a miles de familias.
Dejó una de las imágenes más deleznables que puede presentar un político: abandonar su candidatura para colocarse la camiseta de un rival más poderoso. Hoy se le conoce como el ‘Gatillero de Porky’. La siniestra estrategia fue tan evidente que la ciudadanía lo castigó con una microscópica votación. Desapareció junto a su agrupación, que nunca debió presentarlo como candidato. Apago el televisor.
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