Este Búho ve el panorama político más movido que el ‘Cholo’ Toledo cuando le abrieron las rejas de la cárcel de Los Ángeles y se metió una borrachera a puro whisky etiqueta azul. En el país, Keiko está envalentonada y arremete contra ‘el populismo del Congreso’, pero curiosamente lo hace cuando la fiscalía investiga millonarias transacciones ‘truchas’ de la empresa inmobliaria de su esposo Mark Vito. El legislativo tampoco deja muñeco sin cabeza e insiste en tumbarse irracionalmente a la ministra de Economía. En ‘Podemos’, con Daniel Urresti y Cecilia García se han vuelto unos monos, pero no con una metralleta sino con una Uzi con retrocarga. Por eso yo desconfío de los ‘outsiders’ en la política. Habré nacido de noche, pero no anoche.
Por eso, después de haber cubierto seis elecciones presidenciales, veo con preocupación la aparición de estos ‘pulpines’ como George Forsyth, que reemplaza al veterano pastor Lay en ‘Restauración Nacional’, o del ‘bochinchero’ militar Daniel Urresti de 'Podemos. Pero mejor repasemos las historias de los ‘outsiders’ que llegaron a la presidencia de la República y su vergonzante epílogo.
ALBERTO FUJIMORI (1990-2000): En la elección presidencial de 1990, el candidato del Fredemo, Mario Vargas Llosa, desde dos años antes, punteaba de lejos en las encuestas. Inclusive, se especulaba que podía pasar el 50% de votos y evitaba la segunda vuelta. Pero a tres meses de la elección, un periódico vinculado al presidente Alan García anunció en portada que el candidato de ‘Cambio 90’, partido ‘inventado’ de Alberto Fujimori, había llenado la plaza de armas de Huancayo llegando en un tractorcito. ‘El chinito del tractor’ era un ‘outsider’ en política, pero no era un desconocido. Tenía un programa tecnológico en la TV del Estado, gracias al apoyo aprista, y era rector de la Universidad Agraria. Vargas LLosa fue honesto en sus propuestas, dijo que iba a investigar a García por corrupción y que iba a realizar un ‘reajuste para sincerar la economía’. El ‘chino’ lo acusó de que iba a hacer un ‘shock’ traumático. ‘Yo no voy a hacer shock como él’. El país le creyó y votó por Fujimori. Cuando ganó lo primero que hizo fue hacer el ‘shock’ sin ningún programa social de paraguas como sí lo preveía su rival. Después dinamitaría su plan de campaña electoral: ‘honradez, tecnología y trabajo’, pues su hermana Rosa y su cuñado montaron la ONG ‘Apenkai’ para robar la ropa y los dineros que mandaban organizaciones japonesas para los pobres, en lo que fue el inicio de sus millonarias corruptelas con Vladimiro Montesinos. ‘Pinocho’ le quedó chico, pues para escabullirse de la polémica con Vargas Llosa se excusó diciendo que ‘se había intoxicado comiendo bacalao por semana santa’. Su exasesor Francisco Loayza después lo ‘echó’ declarando ser el ‘cerebro’ de esa mentira. Luego ampliaría su prontuario que ya es por todos conocido.
ALEJANDRO TOLEDO (2001-2006): Una de las características de los ‘outsiders’ en política es que se aprovechan del desconocimiento de la opinión pública sobre ellos, para mentir, sacar historias ficticias hasta de sus propios orígenes. El economista Alejandro Toledo irrumpió como candidato en las elecciones de 1995, inventándose también un partido y diciendo muchas mentiras. Sostuvo que nació en Cabana, un pueblo serrano a diez horas de Chimbote, y que estudió en una ‘escuelita rural’ toda la primaria. Este columnista llegó hasta Cabana en 1994 y descubrió que nació en Ferrer y solo vivió allí e hizo el nido en la escuelita de Ferrer hasta los cuatro años. Después con su familia emigró a Chimbote, donde estudió la primaria y secundaria en un colego nacional. Pero el hombre que parece ser el inspirador del tema ‘Señor mentiras’, de Daniela Darcourt, de adolescente, gracias al ‘Cuerpo de Paz’ norteamericano, consiguió una beca para estudiar Economía y Administración de Empresas en la Universidad de San Francisco. Jamás estudió Economía en la prestigiosa Universidad de Harvard. El ‘Cholo’ nunca consignó, ni en su hoja de vida, que fue el principal asesor y consultor del tristemente célebre Carlos Manrique Carreño, el ‘mecedor’ de CLAE, donde robaron a miles de ahorristas en la más grande estafa financiera piramidal en la historia del Perú, y dicen que todo gracias a los conocimientos de economía de Toledo. Luego vendrían su infame negación -y tardío reconocimiento -de su hija Zaraí o las mentiras sobre la muerte de su madre, de quien dijo murió en el terremoto de 1970 y fue falso.
¿Ustedes creen que si los electores hubieran conocido que era un incorregible mitómano lo habrían elegido presidente? Tal vez si hubiese militado en un partido político se habrían conocido sus taras, sus debilidades. En eso recae la peligrosidad de los ‘outsiders’. Apago el televisor.