Este Búho no es vidente ni pitoniso, pero se los canté clarito en mi columna del martes: ¡Castillo desesperado! Es que el presidente afronta sólidas investigaciones fiscales y eso lo tiene muy nervioso. Incluso, sus familiares directos, como su esposa y su cuñada, también están bajo la lupa del Ministerio Público.
LEE TAMBIÉN: Narcos de alto vuelo
Pero lo que lo puso histérico es que la Policía esté cerca de capturar a sus amigos prófugos Juan Silva, Bruno Pacheco y su sobrinísimo Fray Vásquez Castillo y puedan cantar toda la verdad. Por eso cuando Mariano González nombró un equipo especial de la Policía, que iba a poner como blanco principal la captura de los fugitivos, el profesor se transformó como un personaje de Pedro Almodóvar, ‘al borde de un ataque de nervios’, y lo ‘renunció’ por Twitter.
Se sacó la careta de falso ‘moralizador’ y luchador contra la corrupción y dejó ver su verdadera faz. ¿En qué país un presidente bota a un ministro porque conforma un comando especial para capturar a los principales prófugos del Perú? El equipo que comandaba el eficiente coronel Harvey Colchado, el mismo que investigó y capturó a ‘Los Dinámicos del Centro’, es uno de los mejores del país. Castillo pensaba que el ministro del Interior que acaba de botar se iba a comportar igual de sobón y ‘chupamedias’ como los otros ministros Gavidia y Salas en ese gabinete. Pero se fue de cara con el llamado ‘ministro del amor’, que no se dejó manipular. Aquí la historia de una ‘renunciada’ que se ha convertido en un escándalo nacional.
El chotano pensó que podía manipularlo. Primero le mostró su disconformidad con la creación del ‘equipo especial’ para tal fin. González le dijo que el equipo ya estaba trabajando y era imposible desarticularlo. Pero el encontrón más fuerte entre mandatario y su ministro estalló cuando a modo de orden le ‘sugirió’ que nombrara a su amigo Beder Camacho, el tristemente célebre jefe del ‘gabinete en la sombra’, para que asumiera el viceministerio de Orden Interno. Un cargo que estaba arriba de todas las direcciones de la Policía.
En otras palabras, Beder iba a tener una posición privilegiada para saber cómo avanzaban los operativos y avisar con tiempo a Castillo. Así de escandalosa resultaba la propuesta del mandatario y, como no podía ser de otra manera, González se negó a nombrarlo. Nunca imaginó que a las pocas horas de conversar y señalarle que ‘estaba haciendo cosas sin consultarle’, el cajamarquino a través de un tuit lo botó y colocó en su lugar a Willy Huerta, un burócrata que fue director de Asuntos de la Iglesia del Ministerio de Justicia.
¡Qué sabrá de asuntos operativos de la Policía especializada! Eso es lo que pretende con ese nombramiento el mandatario: tener a un ministro muñeco de ventrílocuo que siga las órdenes del presidente y sobre todo que mire a otro lado cuando le hablen sobre la búsqueda de los tres integrantes de la llamada ‘pandilla basura’: Pacheco, Silva y Fray Vásquez.
Esta ‘renunciada’ va a traer cola y mella aún más la nula credibilidad de Castillo. ¿Con qué autoridad moral podrá hablar ahora de lucha contra la corrupción? Si botó al ministro un día después que quiso poner orden e imponer justicia y capturar a quienes se burlen de ella. Pero Mariano González no se quedó con los brazos cruzados y habló claro: “No tengo ninguna duda de que el señor [Castillo] está comprometido con actos de corrupción. [...] Con o sin el Congreso, este señor se tiene que ir”.
Este columnista pone en alerta y le toma la palabra a Mariano González y debemos estar vigilantes que se les dé garantías a los oficiales de Policía que conforman el equipo especial: los coroneles Harvey Colchado, jefe de la División de Búsquedas de Personas; Walter Lozano, a cargo de la División de Inteligencia de la Dirección Nacional Antidrogas; Franco Moreno, titular de la División de Investigación de Alta Complejidad; y Luis Silva, director de la División de Búsquedas de la Dirección de Inteligencia.
Ellos, oficiales honestos, van a estar en la mira de la corrupción, que con actos como estos se demuestra que corroe los cimientos de Palacio. Más temprano que tarde el próximo prófugo puede ser Castillo. Pero antes se está dando un festín con la plata de todos los peruanos. El programa de Beto Ortiz acaba de denunciar que se han comprado ¡18 mil kilos de pollo sin menudencia en Palacio! El hambre de esta gente es voraz. Y las ollas comunes en los pueblos jóvenes comiendo huesito con un poco de papa y arroz. Apago el televisor.
Pedro Castillo, Zamir Villaverde y el Congreso en ‘Piqueítos de El Búho’
Manhattan Transfer, una obra maestra
Agustín Lozano: El Pedro Castillo del fútbol
Contenido GEC