Este Búho madrugó para ver en directo la jornada inaugural del Campeonato Mundial de Atletismo de Budapest 2023, donde nuestra Kimberly García defendía su título mundial de la marcha de los 20 kilómetros. ‘Kimi’ llegaba como favorita indiscutible. Pero se sabía que iba a ser una prueba reñidísima.
No solo porque estaban en el partidor las mejores del mundo: la española María Pérez (cuarta en los Juegos Olímpicos de Tokio 2021, quien ostentaba el mejor tiempo de la temporada); la temible ‘armada china’ con las campeonas mundiales Jiayu Yang, Zhenxia Ma y Liu Hong, esta última también oro en los JJ. OO. de Río 2016.
Junto a ellas la peligrosa mexicana Alegna González (quinta en JJ. OO. de Tokio 2021); Jemima Montag, de Australia (cuarta en el Mundial de Oregón 2022); la campeona olímpica vigente, la italiana Antonella Palmisano.
Para que vean el respeto y la admiración que suscita Kimberly en la órbita de los especialistas, hay que apuntar lo que escribió el enviado del diario español ‘El País’, Carlos Arribas: “Los técnicos de María Pérez le decían: el nuevo paradigma de la marcha es el de Kimberly García, la peruana que en los Mundiales de Oregón se había impuesto incontestablemente en 20 y 35 kilómetros. Es la nueva marcha, le decían, más frecuencia de paso, más flow, menos fuerza…”.
Pérez, para imponerse en la prueba tuvo que cambiar su forma de marchar, ya no al estilo que muchos definían como ‘de soldadito militar’, sino con más suavidad, más fluidamente. Había logrado la gran transformación, había convertido la fuerza en frecuencia.
“Y así ganó, ligera, casi aérea, tan al estilo fluido de Kimberly”, apuntaba el periodista chapetón. Hasta la primera hora de competencia García punteaba con autoridad el pelotón de arriba con su ritmo cadencioso y elegante, escoltándola las ansiosas Montag, Palmisano, González, las chinas Ma y Yang.
Siniestramente, María Pérez no se mostraba ansiosa. Solapa, nunca intentó tomar la punta cuando faltaban veinte minutos y ‘Kimi’ acusó el cansancio del calor y bajó revoluciones que la relegaron a un peligroso séptimo lugar. Palmisano y Montag alternaron la punta por varios minutos, hasta la aguerrida ecuatoriana Glenda Morejón (oro en el Mundial de Marcha en Omán 2022) estuvo algunos minutos en el segundo lugar. Hasta que la española apretó el acelerador para no soltar la punta y llevarse la corona de nuestra paisana. Sorprendió a todos con su astuta estrategia.
Solo Montag logró escoltarla hasta que se conformó con su segundo lugar. Faltando pocos minutos para la meta, el linaje huanca se le subió a la cabeza a García, de 29 años, perdía su corona pero no podía dejar de quedar como la mejor de América. Sacando fuerzas de flaqueza, a punta de orgullo y corazón, trasplantándolo a sus esbeltas piernas, alcanzó a las jóvenes latinoamericanas.
A Morejón (23) primero y a una sorprendida Gonzales (24) después. La italiana ya se le había escapado para asegurar un impensado bronce. El cuarto lugar no dejó contenta a la huancaína, pero dejó sentada su vigencia en la élite mundial y se situó como la mejor del continente.
Terminó exhausta y se fue rauda, sin detenerse donde los periodistas se la querían comer a preguntas. Se derrumbó en una silla en la zona para deportistas. Callada, pensando en la prueba de mañana jueves, los demoledores 35 kilómetros, donde ella es la reina y no va a dejar que otra le arrebate su corona otra vez.
La historia de Kimberly García
La historia de nuestra campeona mundial merece contarse. Se dedica a la marcha, aunque no lo crean, desde los cinco añitos, al ver entrenar a su prima diez años mayor. A los diez ganó su primera medalla de oro en un campeonato regional donde participaban chicas de hasta trece años.
Siempre recalcó el papel de su familia en su crecimiento deportivo. “Mi padre, José Antonio García, hizo un gran esfuerzo para comprarme las zapatillas que costaban 600 soles”. Pero lo fundamental fueron sus entrenamientos cerca de diez horas al día en horarios partidos. Tuvo que abandonar la carrera de Odontología porque no podía estudiar y entrenar, ahora estudia a distancia Administración.
El Perú la reconoce, no por nada está en la lista de las mujeres más poderosas del país. Cuando ganó las dos medallas de oro en el Mundial de Oregón, se sinceró en una entrevista de El Comercio: “Este logro es gracias a la empresa privada y a mi familia. De la Federación y el IPD casi nada. Sería bueno que haya un programa de marcha para los chicos que siguen”.
Es bueno que, en medio de tantas denuncias a empresas corruptas que esparcen sus negros tentáculos y se enriquecen ilícitamente, existan corporaciones que destinen fondos para promover el deporte y apoyar a nuestros deportistas.
Menciono a quienes apoyan a la marchista para que el país los conozca y su ejemplo sea imitado: Hunt Oil Company y Perú LNG (la auspicia desde el 2015), Unacem (cementera que la apoya desde el 2019), Plaza Vea (está con ella desde el 2019). Hay muchas Kimberlys en los campos de Lima y provincias esperando el apoyo estatal y privado. Todavía tiene vigencia el lema ‘mente sana en cuerpo sano’. Apago el televisor.