Iván Cruz criolla.
Iván Cruz criolla.

Este Búho le rindió homenaje al , fallecido a los 77 años años, pero me quedé corto. Su velorio en el Ministerio de Cultura tuvo ribetes convulsionados, como fue también su vida, al reconocer que por lustros vivió encadenado a los candentes eslabones de la adicción al alcohol y las drogas antes de convertirse en predicador de la palabra de Dios.

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Su hijo Tony Cruz, quien pretende seguir los pasos de su padre, en una actitud polémica, expulsó a un nutrido grupo de fanáticos que comenzó a cantar sus clásicos boleros durante el velorio. Su hija mayor censuró la actítud de su hermano. Los seguidores eran, en su mayoría, fanáticos antiguos del Callao que lo vio nacer, pero lograron que la viuda aceptara el homenaje del gobierno regional.

Así, el féretro fue trasladado hasta el Polideportivo del Callao. Decenas de seguidores se congregaron en el lugar para darle el último adiós al ‘Rey del bolero’, en medio de lágrimas y aplausos. Sus canciones sonaron a todo volumen por parlantes durante su ingreso al recinto. ¡Iván Cruz, presente!, gritaban todos los asistentes, algunos ‘sazonados’ brindaban con ‘chatas’ y latas como le gustaba al bolerista.

El que interpretaba ‘Déjenme vivir mi vida’ vivía en carne propia la historia de sus canciones. Cantaba sobre el sufrimiento varonil a los desamores, traiciones de mujeres ingratas, cánticos desgarradores de quienes ahogaban sus penas en el trago. Por algo sus discos se encontraban en las miles de ‘rocolas’ desperdigadas en las cantinas del país.

Iván Cruz: Las muchachas lo idolatraban y los ‘bravos’ lo admiraban

Era un cantante carismático. A diferencia de boleristas con pinta de economistas con saco y corbata, como el gran Lucho Barrios o Pedrito Otiniano, Iván, en los setentas, cantaba con coloridas camisas de chalis, pantalones acampanados y pelucaza. Las muchachas lo idolatraban y lo comparaban con un músico de los Rolling Stones y los ‘bravos’ lo admiraban.

El cantante no resistía la tentación al estar rodeado de pulposas vedettes, intérpretes criollas jóvenes y guapas actrices cómicas en sus interminables giras con la mítica ‘Peña Ferrando’. Pero nunca perdió la admiración de su público y los famosos. Tuvo una anécdota con el gran Hugo ‘Cholo’ Sotil cuando jugaba en el Barcelona.

‘Un día me presenté en un local de La Victoria -contaba-, terminé de cantar y cuando me estaba cambiando en mi camarín, tocaron la puerta insistentemente. Le dije a mi asistente que yo atendería y me encuentro con la figura de un hombre bajo, de cabello largo y lentes oscuros.

Al verme me preguntó: ¿Sabes quién soy? Le respondí que me parecía conocido y su respuesta fue: Soy Hugo Sotil, he venido desde España a verte. Vamos a tomar un par de cervezas. Sí, le dije, y nos quedamos chupando hasta el día siguiente’.

Pero también tuvo otro ‘encuentro’ con otro crack del futbol. ‘Aquella vez -relató- estaba de gira en Los Ángeles y justamente la selección viajó a esa ciudad y Roberto Chale era el entrenador. Una noche antes de jugar, él y los dirigentes ocuparon una mesa en un restaurante del lugar. Yo estaba en otra mesa con un amigo, pero cuando Roberto me vio, dejó a todos y se puso a brindar conmigo. Cuando lo buscaban y le decían que debía regresar al hotel, respondía: Déjenme acá. Seré el entrenador, pero Iván Cruz hay uno solo’. Así de admirado era el maestro. Su música lo hará eterno. Apago el televisor.

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