Este Búho no tiene dudas de que se está actuando de forma perversa contra la Policía Nacional del Perú, con el fin de debilitarla hasta el punto de que sea incapaz de actuar contra el narcotráfico y de proseguir las investigaciones emblemáticas contra organizaciones criminales como ‘Los Dinámicos del Centro’.
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Mientras tanto, el presidente Pedro Castillo se niega a darle una explicación al país de la crisis que se está viviendo. Como se sabe, el último viernes Avelino Guillén presentó su renuncia irrevocable como ministro del Interior después de que hace dos semanas pidió al mandatario que aparte de su cargo al jefe de la Policía, el cuestionado general Javier Gallardo. Como en esas dos semanas hubo silencio total del chotano, a Guillén no le quedó otra salida que renunciar, ante el tácito y evidente respaldo a Gallardo, quien es acusado de petardear a la propia Policía, de erosionarla por dentro, ordenando cambios sin sustento técnico.
Un informe de la revista ‘Hildebrandt en sus trece’ señala que desde setiembre del 2021 hasta enero último la Comandancia General de la Policía ordenó el traslado aparentemente irregular de más de mil 700 policías experimentados de dependencias claves como la División de Investigación de Delitos de Alta Complejidad (Diviac), de la Dirección Antidrogas (Dirandro), la Región Policial Lima y la Región Policial Callao a otras unidades. El objetivo, como señalan diversos expertos, es sacar a hombres especializados en funciones claves para desperdiciarlos en actividades generales, con el fin de destruir la capacidad operativa de la Policía.
Con dichos cambios, más que sospechosos, también se están afectando los operativos de erradicación de los cultivos de la hoja de coca en el Huallaga, pues han removido a decenas de policías que se encargaban de dar seguridad a los trabajadores que destruían las plantaciones de droga. Esto no es casual.
Tampoco la designación de trece prefectos provinciales que pertenecen al grupo más radical del magisterio, vinculado al Movadef que, a su vez, es el brazo político de Sendero Luminoso. No hay que marearse con estos nombres, pues esa es la intención de los cabecillas radicales que utilizan estas y otras denominaciones para confundir.
El Búho: “Pedro Castillo sigue destruyendo las instituciones más importantes del país”
Castillo es una persona ignorante, que desconoce el significado de palabras elementales como monopolio, que pide a gritos cambios en la Constitución y que cuando se le dice que precise qué es lo que se necesita cambiar, simplemente se queda callado porque no lo sabe. El encargado de la máxima magistratura de la Nación podrá dar vergüenza ajena al responder las simples preguntas que el entrevistador de una cadena internacional le hace, y por eso recibirá toda clase de burlas, pero nada lo aparta de su camino. Él sigue destruyendo las instituciones más importantes del país, como el Ministerio del Interior y la Policía, a vista y paciencia de todos los peruanos, y no se sonroja. Es más, se muestra arrogante.
Mientras tanto, en los últimos días se han fortalecido y avanzan con mayor rapidez el narcotráfico y la delincuencia común, pues a la ya debilitada Policía le están lanzando palos y maniatando ¡¡desde el mismo Gobierno!! Tampoco se puede pasar por alto la denuncia del renunciante general de la Policía, Javier Bueno, quien señaló que varios coroneles le revelaron que habrían pagado entre 25 mil y 40 mil dólares cada uno para ascender a general, y que ascendieron pese a que no reunían los requisitos. Bueno es enfático en indicar que Javier Gallardo modificó las reglas de forma indebida y por eso él renunció.
Cómo será de escandaloso todo este tema que hasta Verónika Mendoza, la aliada más acérrima del mandatario, incluso más que los de Perú Libre, salió a pedirle explicaciones por la renuncia de Guillén. La pregunta es quién será el reemplazante de este, que, pese a las críticas, parecía un tipo honrado. ¿Y ahora qué hará Castillo con Gallardo, un general que nunca le quiso responder al ministro Guillén, su jefe inmediato? Con tantas acusaciones, su permanencia se hace insostenible. El Perú va a la deriva. Estamos en un rumbo muy peligroso. Apago el televisor.