Este Búho habrá nacido de noche, pero no anoche. No me como cuentos. No creo en los que aseguran que solo con la renuncia de la presidenta Dina Boluarte se va a detener la ola de protestas y violencia salvaje instaurada en diversas regiones del sur del país.
TE VA A INTERESAR: LA REINA DEL SUR 3
Después de la salida de Boluarte, todos esos que quemaron vivo a un policía, apedrean ambulancias, toman carreteras, intentan tomar aeropuertos a punta de explosivos, atacan asentamientos mineros, saquean y luego incendian supermercados, queman comisarías, locales de Justicia, prenden fuego a casas de congresistas, irán por más sangre.
Quienes han convertido diariamente lo que empieza como marchas pacificas en bien organizadas asonadas ultraviolentas tienen una agenda maximalista. Para la izquierda de Verónika, que busca recuperar la cuota de poder que perdió con Castillo, le basta con el golpe a Dina, pues ellos aspiran a hacer una jugada en el Congreso, cambiar a la mesa directiva y colocar como presidenta de transición a la ‘apaleadora de ambulantes’ Susel Paredes o a Flor Pablo.
Qué ilusos. En caso de una hipotética renuncia de Dina, los radicales que gritan ¡vamos a ajusticiar a policías! van a ir por más. Van a asumir que la Constitución se puede quebrar apelando a la violencia pura y dura. Si con su chantaje destructor sacan a una presidente van a continuar exigiendo que se cumplan más puntos de una agenda a todas luces descabellada, golpista y antidemocrática.
¿Qué dirán los izquierdistas soft cuando esa mezcla de delincuentes pagados por la minería ilegal, el narcotráfico, los senderistas y los enardecidos seguidores del golpista preso continúen con su afán destructor exigiendo la libertad del Pedro Castillo? Porque eso es lo que está en su ‘pliego’, donde no hay ninguna reivindicación social ni económica.
¿QUÉ DIRÁ SIGRID BAZÁN?
¿Qué dirá Sigrid Bazán que apoyó al corrupto Castillo y ahora se hace la loca?, ¿seguirá con su cháchara de decir que esos desmanes son ‘una legítima protesta’? Nunca será legítimo atentar contra la propiedad pública y privada por defender a un golpista encarcelado con justicia.
Cerca de cincuenta muertos duelen y merecen que se investigue a fondo, sean uniformados o vándalos. Por eso no se puede transar con el terror. La situación exige definitivamente una acción del gobierno de Dina. Lo más viable es que proponga al Congreso un nuevo adelanto de elecciones.
Boluarte no incendió la pradera. Pero ni bien nombró un gabinete donde excluyó a la izquierda y juró combatir la corrupción de Castillo, le declararon la guerra en Andahuaylas donde comenzaron los incendios a locales públicos, Y ahí empezó el lamentable recuento de víctimas.
La renuncia presidencial no va a satisfacer a los radicales como Cerrón o Bermejo que azuzarán también por el cierre del Congreso y el llamado a una Asamblea Constituyente.
Ahí se dividirán con la izquierda de ‘la señora de las agendas de Nadine’ y sus opinólogos, que verán los peligros antidemócráticos que se esconden tras de lo que ellos llamaron ‘legítima protesta’.
Felizmente veo grupos de peruanos en Puno, Tacna, Cusco y Madre de Dios que se enfrentan a los vándalos al grito de ‘¡Queremos trabajar!’. El Perú vencerá a la violencia salvaje como lo hizo con Sendero Luminoso en los años 90. Apago el televisor.