Este Búho recuerda que vivió momentos inolvidables como periodista deportivo entre 1994 y el 2000, época en que pese a no se lograban grandes éxitos deportivos, todos los medios mandaban a sus periodistas como enviados especiales a las diferentes ciudades. Así pude estar en la final de la Copa Libertadores entre Cruzeiro y Cristal en Belho Horizonte, Brasil o en un México-Perú en el mítico ‘Memorial Coliseum’ de Los Angeles (Estados Unidos).
Pero la primera vez como enviado especial al extranjero no se olvida. Ingreso al ‘túnel del tiempo’. Santa Cruz, Bolivia, año 1994. En ese entonces trabajaba en el principal diario deportivo del país que ahora yace en el ‘cementerio de papel’. Perú había quedado último en su grupo eliminatorio, mientras que Bolivia había clasificado ¡por primera vez en su historia! al Mundial de Estados Unidos 94.
Ellos vivían un carnaval perpetuo con la mejor selección de su historia: el ‘Diablo’ Etcheverry, ‘Platiní’ Sánchez, Milton Melgar, el arquero Trucco, ‘Coquita’ Rimba, ‘Chocolate’ Castillo, Julio César ‘Kukín’ Baldivezo, el ‘machetero’ Sandy, el ‘colorao’ Cristaldo. Ese equipo le había ganado en las Eliminatorias 2 a 0 al Brasil de Bebeto y Cafú, futuro campeón del mundo en USA y eliminó al Uruguay de Enzo Francescoli.
Tremenda e histórica campaña con el vasco bigotón Azkargorta. Los bolivianos antes de viajar al Mundial pactaron un partido con una selección peruana a la que pensaban agarrar de ‘piñata’ y golearla. El combinado recayó en manos del ‘profe’ Miguel Company. Los ‘veteranos’ eran Flavio Maestri, Percy Olivares, Roberto Palacios, Jorge Soto y un debutante que llegaría lejos: Nolberto ‘Ñol’ Solano. El choque fue en la bella Santa Cruz de la Sierra (que de sierra no tiene nada porque está en ceja de selva), ciudad de lindas mujeres.
Este columnista y el fotógrafo Walter ‘Chino’ Hupiú fuimos los únicos periodistas de prensa escrita llegados como enviados especiales, con la dupla de América Televisión: el gran Luis Ángel ‘Rulito’ Pinasco y mi chochera Gustavo ‘Flaco’ Barnechea. Ambos equipos periodísticos andábamos para arriba y para abajo buscando las entrevistas de rigor. Como decía, era mi primera comisión al extranjero.
Ya en el aeropuerto nos había pasado algo extraño, casi trágico. Estábamos para salir del aeropuerto El Alto y de un segundo piso ¡se cayó un televisor! Aterrizó a un metro de donde estábamos con el ‘Chino’.
Francamente pudo pasar una desgracia si nos aplastaba la cabeza. El día del encuentro llegamos los cuatro al estadio en taxi. Apurado, abrí la puerta por el lado equivocado y justo pasaba un espectacular camionetón cuatro por cuatro, al que mi puerta chocó y le voló todos los costosos vidrios laterales.
El conductor era un ‘colorado’ que salió dispuesto a hacer lío y fijo terminábamos en la comisaría, pero lo peor, nos perdíamos el partido. Pero allí salió la clase de un comunicador recorrido en mil viajes, pero sobre todo con gran calidad humana.
Luis Ángel pudo irse al estadio con el ‘Flaco’ y dejarnos a nosotros con el problemón. Pero prefirió quedarse para hablar con el airado conductor. ‘Rulito’, con su gran floro, le explicaba que éramos periodistas peruanos que veníamos a ver la despedida de Bolivia, que el joven reportero salía por primera vez a una comisión al extranjero y abrió la puerta equivocadamente.
El cruceño esbozó una sonrisa y dijo: ‘¿Vos no sos ‘Rulito’ Pinasco? Yo te veo por la parabólica narrando los partidos de Perú. A ti también, Gustavo. ¡Vayan, peruanos, que ya bastante van a sufrir con la goleada que les vamos a meter ahora’.
Y arrancó con sus lunas rotas. Increíble. El chofer del taxi nos dijo: “Qué suerte tienen, peruanos, ese señor es Jorge Claure, uno de los más millonarios del país, aquí tiene hartas tierras y ganados, para él no es nada unas lunitas rotas’.
Esa noche, los 35 mil espectadores esperaban vivir una fiesta goleando a Perú, pero se fueron de cara. Ese equipito de Company les paró el ‘macho’ a los ‘boliches’, que tenían una impresionante racha de victorias en casa, al empatar sin goles. Así es el fútbol. Luego volvería a Bolivia para otro partido eliminatorio.
Esa vez con la selección de Julio César Uribe con miras al Mundial Corea-Japón 2002. Esa vez el partido estaba programado en La Paz, pero la Blanquirroja llegó a Santa Cruz como cuartel general para llegar solo la mañana del partido a La Paz. Perú perdió 1 a 0 aquel partido en La Paz.
No lo olvido porque ‘debuté’ como comentarista de mi colega Carlos Alberto ‘Tigrillo’ Navarro, para su programa ‘Campeonísimo’. Recuerdo que los ascensores del estadio ‘Hernando Siles’ estaban malogrados y tuve que subir por las escaleras hasta la cabina de radio, que estaba ubicada en los altos del estadio.
Allí comprendí a los jugadores, lo que significa hacer ejercicio físico a 3650 metros sobre el nivel del mar. Esa noche el ‘Tigrillo’ invitó una tremenda parrillada a los que colaboramos en la exitosa transmisión y de allí enrumbamos a la mejor discoteca de La Paz.
Como por arte de magia se acabó el mal de altura y todos terminamos rumbeando con ‘Ojos así’ de Shakira, ‘Livin’ la vida loca’ de Ricky Martin o ‘Los piratas’ de Auténticos Decadentes. Perú perdió en el verde, pero campeonamos con las bolivianas bailando ‘Demoliendo hoteles’ de Charly García. Hoy espero que Perú rompa esa racha infausta de no ganar en La Paz. Apago el televisor.
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