Este Búho es amante del cine y leo en diversos portales que los cinéfilos le dan ‘de alma’ a la segunda parte de ‘Joker’. Dicen que es un fracaso rotundo y me sorprende. Aún no la veo, pero los comentarios son furibundos. A los críticos no les gusta, al público que ya la vio tampoco. El tráiler de ‘Joker 2′ era impactante. Siempre impresionante la transformación de Joaquin Phoenix, quien actúa en esta saga junto a Lady Gaga.
Nadie imaginó que el Guasón iba a tener una película propia, donde Phoenix magistralmente nos adentra en la psicología desquiciada de este personaje. Todd Phillips —curiosamente, director de comedias— nos presentó en la primera parte un filme triste, sucio y retorcido, donde se aborda la premisa de que ‘el villano no nace, se hace’. En la platea, el personaje inspira compasión y hasta conformidad en sus terribles homicidios.
Como ‘una balada del payaso triste’ podría definirse la actuación del protagonista, quien hace de loco diagnosticado en una Ciudad Gótica a inicios de los ochenta, que bien podría ser una megaciudad en los tiempos del capitalismo agresivo y salvaje donde se recortan los presupuestos para programas sociales para los más necesitados.
En una urbe con mentes desquiciadas por la crisis, se alza ese antihéroe encarnado por un actorazo como Joaquin Phoenix, de quien conviene repasar su historia. Desde niño tuvo una infancia difícil. Sus padres pertenecían a la controvertida secta Los Hijos de Dios, nació en Puerto Rico y por la religión sus padres viajaban por el mundo predicando la palabra de Dios.
Sin embargo, las controvertidas prácticas de la secta escandalizaron a la opinión pública, pues obligaban a los niños a tener relaciones sexuales y hasta promovían el incesto. Si bien el actor nunca denunció este tipo de aberraciones, su hermano River, malograda estrella juvenil de Hollywood, sí reconoció que lo hicieron iniciarse sexualmente a los cuatro años. Desilusionados, los papás abandonaron el culto. Su madre, quien trabajaba como secretaria de un agente de la NBC, llevó a sus hijos a ‘castings’ infantiles. El mayor, River, lograría consolidarse como una estrella al trabajar en ‘Indiana Jones y la última cruzada’, ‘Cuenta conmigo’ de Rob Reiner y, sobre todo, ‘Mi Idaho privado’ de Gus Van Sant.
Pero aquí Joaquin vivió otra tragedia familiar. A los 19 años, en Los Ángeles, River (23) y su novia, la actriz Samantha Mathis, lo invitan a la discoteca The Viper Room, de propiedad del actor Johnny Depp. Su hermano iba a tocar con su amigo Flea, bajista de los Red Hot Chili Peppers. Pero antes se fue al baño, donde inhaló cocaína y una nueva y mortífera heroína. Ese polvo mortal le explotó el cerebro. Fue Joaquin quien sacó a su hermano e ídolo afuera del local, llamó al 911 y vio cómo convulsionaba hasta morir en sus brazos. Ese trauma y el posterior circo que se armó en torno a la trágica muerte lo hizo abrigar resentimientos hacia la prensa de Hollywood, por lo que se alejó de la actuación por dos años, hasta que en 1995 Gus Van Sant lo convocó para hacer de un estudiante secundario medio retrasado que es seducido por una irresistible profesora (Nicole Kidman) en la película de culto ‘Todo por un sueño’.
Pero el papel que lo lanzó a la fama fue el del villano emperador Cómodo, en la galardonada ‘Gladiador’, que le valió ser nominado al Óscar como mejor actor secundario, y posteriormente ‘Walk the line’ (en español ‘Johnny y June: Pasión y locura’, 2005), donde su brillante interpretación del músico Johnny Cash se tradujo en su nueva nominación al Óscar al mejor actor y ganar el Globo de Oro en la misma categoría.
En el plano personal, vive con la actriz neoyorquina Rooney Mara (‘La chica del dragón tatuado’, ‘Red social’) y ambos son activistas veganos, ellos no usan ni consumen nada que provenga del mundo animal. Como anécdota, en su contrato para filmar ‘Gladiador’ puso como cláusula que no iba a usar ninguna prenda del vestuario que fuera confeccionada con pieles de animales.
En el 2017 financió con su dinero el documental ‘What the health’, que señala que las carnes rojas y procesadas están incluidas en la lista de la Organización Mundial de la Salud como agentes cancerígenos. El Joaquin de la realidad no tiene nada de villano como su enloquecido Guasón. Es un tremendo actor, pero ya vemos que no siempre le va bien en sus películas, como se comenta. Ya la veré. Apago el televisor.
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