Este Búho comprueba que los abusos sexuales en Hollywood no tienen cuándo acabar. Y no solo los de los ‘pesos pesados’ de la industria, como el productor Harvey Weinstein, que está actualmente preso, o Kevin Spacey, quien afronta un rosario de denuncias en Estados Unidos e Inglaterra.

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Pero se ha vuelto a destapar otro caso maloliente que pasó desapercibido cuando lo denunciaron en el 2014. Se trataba de Michael F. Egan, quien declaró que fue ‘desechado’ como actor en 1999, en venganza porque se negó a seguir asistiendo a las ‘fiestas’ realizadas por hombres poderosos del cine.

Egan denunció públicamente a Bryan Singer, director de películas notables como ‘Sospechosos comunes’ y ‘X-Men’, de haber abusado de él en dichas fiestas que se realizaban dentro de una gran mansión en Los Ángeles, y cuyo requisito para los hombres era no usar ropa de baño y nadar completamente desnudos. Según su testimonio, cuando tenía 17 años, Singer lo habría violado después de obligarlo a inhalar cocaína.

Michael Egan explicó que tanto Singer como otros hombres amenazaron a él y a su familia bajo el argumento de que ‘ellos controlaban Hollywood’. Textualmente, añadieron: ‘Si no mantienes contentos a los miembros de este grupo, te eliminaremos del mercado’. Singer en su momento negó las acusaciones, sin embargo en 2017 otro hombre, identificado como César Sánchez-Guzmán, acusó al mismo director de obligarlo a practicarle sexo oral en 2003. Sánchez-Guzmán reveló a ‘The New York Times’ que Bryan Singer organizaba fiestas dirigidas al colectivo gay de Hollywood y que lo había amenazado de ‘arruinar su reputación si llegaba a delatarles’.

Este columnista no se sorprende de que en la meca del cine se produzcan esos bacanales y abusos. Esto viene desde los mismos inicios del cine. Desde la época del cine mudo hacia adelante. Por eso recomiendo un libro imprescindible: ‘Hollywood Babilonia’, del director Kenneth Anger. Una historia repleta de depravaciones, excesos increíbles y sórdidos de actores, directores, productores y dueños de estudios en la prehistoria del celuloide.

Eran tiempos en que no había redes sociales y los abusadores(as), porque hubo de todo, se mantuvieron impunes ya que corrió mucho dinero para pagar a cierta prensa. Hoy que vivimos en un mundo globalizado, donde las redes sociales les dan voz a los ‘sin voz’, bastaron un par de tuits de actores abusados para que al galardonado y admirado actor Kevin Spacey se le caiga la careta que desnudó a un antiguo depredador y acosador de jovencitos.

A Netflix no le importó perder 36 millones de dólares por culpa del protagonista de la notable serie ‘House of Cards’ y le dio una patada en el trasero. Debería terminar en la cárcel.

Harvey Weinstein fue acusado y condenado a 23 años de cárcel por acoso

Hasta carismáticos actores que la pegaban de ‘luchadores contra el acoso’ han sido desenmascarados. James Franco, en una ceremonia de entrega de los Globos de Oro, lucía muy orgulloso en la solapa su pin ‘No al abuso’. En el preciso momento en que la cámara lo enfocaba, la actriz Violet Paley tuiteó: ‘Qué bonito James Franco. ¿Ya no te acuerdas cuando pusiste en mi cabeza tu miembro en el capó del carro? ¿O cuando le propusiste a mi amiga de 17 años que suba a tu habitación de hotel?’.

Pese a que ganó el Globo de Oro, seguramente fue la peor noche en la vida de Franco. Pero el caso más tenebroso y repugnante es el del famoso productor Harvey Weinstein, de las empresas The Weinstein Company, Miramax y Dimension Films, responsable de las películas más memorables de Quentin Tarantino y algunas producciones de Martin Scorsese, y distribuidor del español Pedro Almodóvar. Weinstein fue acusado y condenado a 23 años de cárcel por acoso sexual, agresión sexual y/o violación de más de 80 mujeres.

Las siniestras prácticas del mandamás eran conocidas como el ‘casting del sofá’. Según la actriz Gwyneth Paltrow, denunció en 1998 que ‘el productor te obligaba a hacer una cosa o dos’. Después de las denuncias, Tarantino reconoció que durante décadas sabía que Harvey tenía ese comportamiento y él lo confrontó. El poderoso empresario se vio en apuros cuando en 2017 el influyente diario ‘The New York Times’ publicó por primera vez sus andanzas y que había arreglado por varios millones con diferentes actrices y personal de sus compañías.

Pero fue ‘The New Yorker’ el que detalló que había violado o abusado a trece mujeres. Era no solo acosador, sino vengativo. Cuando le hizo propuestas indecentes a Mira Sorvino y Ashley Judd, este le ordenó al director Peter Jackson, de ‘El señor de los anillos’, que no las contrate ‘por ser conflictivas’. Harvey se aprovechaba de las jóvenes aspirantes a actrices ‘prometiéndoles el estrellato’ a cambio de que le proporcionaran sexo en hoteles o en su propia oficina.

En una entrevista, Courtney Love aconsejó a las principantes: ‘Si Weinstein las invita a cenar con él una noche en Four Seasons, ¡¡no vayan!!’. Y después soportar su ira maquiavélica y vengativa. Harvey Weinstein está enjaulado como el animal que es y seguramente morirá en prisión. Su esposa Georgina Chapman le pidió el divorcio, aterrada, al comprobar que había dormido diez años junto a una bestia. Apago el televisor.

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