A este Búho, en estos tiempos convulsionados como un tsunami en el litoral japonés de Kunamoto, y abrasadores como una barbacoa de ‘fried chicken’ en el jardín de PPK, solo le queda coger su ‘espada del augurio’ de Los Thundercats, para que le permita ver más allá de lo evidente. Por eso, les presento mis clásicos ‘Pastillazos’ que tanto extrañan mis lectores.
CITA CUMBRE SIN ‘VIOLINISTAS’: Este columnista cree que la reunión entre el presidente PPK y la lideresa de la oposición, Keiko Fujimori, es de vital importancia, en momentos en que el Ejecutivo da manotazos de ahogado, con un premier que intenta remar en medio de un maremoto de errores y desaciertos y una Keiko con complejo de Uma Thurman en Kill Bill, blandiendo su espada Hanzo para descabezar ministros. Si fue a ‘Meche’ Aráoz o a los opacos asesores en la sombra de Keiko a quien se le ocurrió primero la gran idea del magno encuentro, eso ya importa poco.
Pero sí debo callarles la boca a ciertos políticos destructivos, quienes neciamente desvalorizan esta reunión entre el líder del Ejecutivo y la cabeza de más de setenta congresistas. El resto de picones, en vez de aplaudir, pretenden resucitar ese ‘castillo del terror’ donde habitan varios cadáveres políticos y almas en pena llamado ‘Acuerdo Nacional’, cascarón creado por el ‘Cholo’ Toledo para echarse grasa cuando había voces que pedían su vacancia. PPK es el mayor responsable de este entuerto en menos de un año, pero Keiko Fujimori también tiene su cuota de culpa y son ellos los encargados de solucionarla. La reactivación de la economía es un punto crucial y así lo reclama el pueblo.
OLA DE ASALTOS: Durante la interpelación, el ministro del Interior, Carlos Basombrío, sacaba sospechosas estadísticas y hasta dijo que ‘el principal problema del país ya no es la inseguridad ciudadana’. Lo atribuyo a un ‘lapsus brutus’, a una terrible equivocación, producto del miedo escénico de verse cual cristiano Daniel en el Coliseo Romano frente a setenta leones fujimoristas listos para devorarlo. Pero, a estas alturas, resulta evidente que no hay brújula en ese ministerio clave y todo se juega ‘para las cámaras y la tribuna’. Sus cabezas viven en una burbuja.
Se ufanan por capturas logradas gracias a delaciones, desactivación de organizaciones criminales en su mayoría por ‘soplos’ de bandas o políticos rivales, en el caso de autoridades coludidas con criminales. Pero la delincuencia común está cada día peor en el país. Robos a mano armada son registrados por cámaras de video y los noticieros los emiten como el pan de cada día. Hay pequeños negocios, como peluquerías, farmacias, chifas y minimarkets, que han sido asaltados seis o siete veces en los últimos meses. Y los malditos disparan a matar. La policía siempre llega tarde o nunca. Ya ni ser figura mediática te salva, sino que lo diga la pobre Leslie Shaw, a quien casi matan por robarle su carro. No hay peor ciego que el que no quiere ver.
KENJI, EL IMITADOR: Menudo fiasco se llevó Kenji Fujimori cuando ingresó a ‘El Pueblo’ de Ñana, donde se realiza el ‘cónclave’ de tres días del fujimorismo y se anunció que será sometido a un proceso disciplinario por los ‘mastines’ de su hermana Keiko. Los mozos, anfitrionas y cocineros llegaron hasta donde ingresaba el querubín de Alberto y se le abalanzaron solicitándole selfies por doquier. ¡Señor JB, una foto! ¡Una foto, Jorge!, pedían, mientras varias mucamas le gritaban ¡Tampoco, tampoco! Ante su molestia, una atrevida morena le retrucó: ¿Tú no eres JB, el que imita a Kenji ‘tampoco, tampoco’? Pero la sonrisa de oreja a oreja no se le borró. Contagiado por el humor, recordó el desgarrador grito de su padre, cuando lo trajeron extraditado de las mechas desde Chile: ¡Soy inocente!
Kenji Fujimori se burla, demuestra que le ‘resbalan’ las amenazas de Carlos Tubino, al que llama socarronamente ‘Tío Popeye, el marino’, o de Becerril, de quien dice en privado ‘esa leche de Becerril es ‘pura vida’ porque es mala leche’. Y también se burla de los ‘progresistas ingenuos’. Porque ni bien salga el Chino en libertad, Kenji defenderá las ‘esterilizaciones forzadas’ por las que su padre no se avergüenza. Seguramente, algunos fujimoristas ingenuos, recién subidos al barco y que no saben cómo funciona ese clan familiar llamado ‘fujimorismo’, creerán que Kenji será desterrado, excluido y humillado por el partido. La diferencia entre el joven que dormía abrazado con su perro ‘Puñete’ y Vilcatoma, Donayre y cualquiera que trate de darle la contraria a Keiko, es que el congresista más votado se apellida Fujimori y es el engreído de papá Alberto. ¡Tampoco, tampoco! Apago el televisor.