Este Búho se pone a reflexionar sobre la grave crisis que vive el país. ¿Qué cambió del 7 de diciembre del 2022, cuando el Congreso vacó al golpista , por lo que se le colocó la banda presidencial a su legítima sucesora, la vicepresidenta apurimeña? Es falso que el Congreso de ‘derecha’ le dio un golpe al chotano, como le hacen creer los castillistas a una masa enardecida y desinformada. Castillo dio el golpe al mediodía pensando que en la tarde lo iban a vacar por las explosivas declaraciones sobre corrupción que estaba brindando Salatiel Marrufo acerca de las graves corruptelas del hombre, que decía que no tenía ‘uñas largas’.

MIRA: La toma de Lima

En los 101 votos para la vacancia estaban incluidos los parlamentarios de izquierda como Sigrid Bazán, los ‘morados’ como Susel Paredes y los de izquierda radical como Perú Libre de Vladimir Cerrón. Nadie en ese momento gritó ¡Dina traidora! Los intereses en el apoyo eran diversos. Los de Perú Libre, que habían expulsado a Dina del partido, porque no querían perder su curul parlamentaria si triunfaba el golpe. Y la gente de izquierda ‘soft’, de cafetín, por lo mismo, con el adicional de que estaban seguros de que Boluarte los iba a convocar en el nuevo gabinete y así iban a conservar su cuota de poder en ministerios y otras entidades estatales.

Estos dos grupos, irresponsablemente, al ver que el primer gabinete conformado por tecnócratas no les iba a dar una repartija del poder, le declararon la guerra. Ahí vinieron las asonadas en Ayacucho y Andahuaylas en diciembre y las de enero en Puno con las trágicas pérdidas de vidas humanas. Pero lo primero que debemos tener en claro es que Dina no incendió la pradera. Su ‘pecado’ fue suceder legalmente a Pedro, cuando antes dijo que se iba si lo vacaban. Los grupos extremistas incubados durante el gobierno del chotano iniciaron su asonada como en Ayacucho, comandados por la ‘camarada Cusi’. Qué podíamos esperar de senderistas que nunca se rehabilitaron porque en las prisiones sus pabellones funcionaban como escuelas de terrorismo. Ahora llegan, como han denominado, a ‘tomar Lima’. Este Búho habrá nacido de noche, pero no anoche. Me sorprende que nadie investigue ni se pregunte quién paga los miles y miles de soles de pasajes, alimentación y hospedaje de los viajeros. Esto no es ‘espontáneo’.

Es evidente que hay un sector de la población que se identifica con Castillo

Pero detrás de ellos hay una estrategia siniestra de la izquierda radical vinculada a Sendero. Los financistas son los cocaleros ligados al narcotráfico y los mineros ilegales que fueron protegidos por el gobierno de Castillo. Son gente muy violenta. Habría que preguntarse ¿qué es lo que va a suceder hoy? Por un lado Boluarte los llama al ‘dialogo’ y los invita a Palacio. Una ilusión. Los radicales no creen en el ‘diálogo’.

Por el otro, quienes han llegado a Lima tienen varios objetivos. La renuncia de Dina no es el único. También buscan imponer una Asamblea Constituyente, el cierre del Congreso y la libertad de Castillo. Ninguna es aceptable. Seguro nadie va a dar la cara si hoy, ni Dios quiera, estas protestas se salen de control y los infiltrados radicales atacan a la Policía y hay víctimas que lamentar. ¿Se harán responsables Indira y Sigrid de lo que suceda este día por lo que llaman ‘legítima protesta’? Lo más sospechoso es que ninguno de quienes están detrás de la violencia da la cara. Solo se les ha visto azuzando y gritando que ¡no importa morir! Con esas delirantes proclamas llevan jóvenes de quince años a arriesgar sus vidas enfrentándose violentamente con las fuerzas del orden. No es la primera ni la única asonada donde se pretende tumbar a un presidente democrático en América Latina. No funcionaría la democracia si todos los presidentes renuncian por violentas manifestaciones que llegan al incendio, el saqueo y la destrucción.

Que el Congreso es una vergüenza, de acuerdo, pero cómo se van a ir si los parlamentarios tienen que asegurar la transición. La injusta situación en el ande viene de muchos años y Boluarte no tiene ni dos meses en el poder. ¿Quién dijo algo cuando murieron ocho peruanos en protestas durante el gobierno del profesor? La hipocresía y doble moral de la izquierda es alucinante. Los camaradas no dijeron ni pío durante el gobierno de la corrupción. Tampoco he escuchado a ninguno de estos políticos exhortar a que las marchas sean pacíficas. Nada. No saben lo que puede pasar porque, me ratifico, quienes han organizado esta ‘toma’ tienen otros planes muy ajenos a la protesta pacífica. Nadie se va a hacer responsable, menos quienes los trajeron a Lima. La Policía deberá hilar muy fino porque lo que buscan los radicales, que están detrás de quien marcha por descontento, es generar caos, violencia y muertos. Apago el televisor.

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