Este Búho se sorprende al tener que escribir dos columnas seguidas de obituarios. Pero acaba de morir la gran Tina Turner (1939-2023). Ochenta y tres años de puro soul y rocanrrol que se extinguió en su mansión suiza aquejada de un cáncer intestinal.
Cantante, compositora, bailarina y actriz, se convirtió en la reina del rock cuando ‘resucitó’ en la escena musical a partir de 1984, después de cinco largos años de ostracismo, con la depresión de no grabar discos y una carrera a la deriva. Fue David Bowie quien llevó a ejecutivos de la disquera Capitol a ver una presentación de Tina en un localcito alejado del circuito de las estrellas.
La morocha se convirtió en el huracán de antaño esa noche. Los empresarios decidieron financiar su disco de regreso, el ‘Private Dancer’, que la catapultaría como una megaestrella que vendió 10 millones de copias y esa placa obtuvo cuatro Grammy donde se incluía el temazo ‘What’s love got to do with it?’.
Como muchas artistas afroamericanas de su generación, nació en un hogar disfuncional donde el padre y la madre se clavaban cuchillos y abandonaron a la niña Anna Mae Bullock -su verdadero nombre- con su abuela en Brownsville.
Tras volver a vivir con su madre en Missouri comenzó a frecuentar el club Manhattan en St. Louis, donde conoció al talentoso músico Ike Turner cuando tenía 18 años. Ella ya tenía un hijo, Ike también.
Debutó en el grupo de Ike con un tema de B.B. King
“Cuando Ike me escuchó dijo: ¡Por Dios! No podía creer que esa voz saliera de ese frágil cuerpecito”. Fue Ike quien la bautizó como ‘Tina Turner’ y conformaron un icónico grupo: Ike & Tina Turner.
Casados en 1962, triunfarían en lo profesional, pero su vida matrimonial era un desastre, pues Ike era un marido mujeriego, maltratador y un adicto a la cocaína hasta su muerte. Pese a ello, sus presentaciones eran espectaculares porque Tina se convertía en un verdadero ciclón en el escenario.
Fueron nominados al Grammy y en 1966 los Rolling Stones los contrataron como teloneros para su gira por Gran Bretaña y Estados Unidos, y los bailecitos frenéticos de Mick Jagger que lo harían leyenda los copió de Tina.
Este columnista de chibolo vio una película en el cine Mirones, ‘Santana Soul to Soul’, sobre un concierto de soul y rock en Ghana, por un aniversario de la independencia del país, en 1971. Lo promocionaron como ‘El Woodstock africano’. Ike & Tina Turner hicieron un espectáculo soul-funky sensacional y Santana y su banda eran los únicos artistas no negros que tocaban.
Allí comprobé lo fantástica que era la Turner. En 1975 otra vez la vería en la cazuela del Mirones, pues ella debutaría como actriz en la película de culto, la opera rock ‘Tommy’, del grupo The Who, con Ann Margret, Jack Nicholson, Oliver Reed y Elton John.
Su papel como ‘La reina del ácido’ la haría célebre
En ese tiempo el LSD era una droga muy popular entre la juventud del primer mundo. Pero en 1976, de camino a un hotel en Dallas, donde tenían un concierto, Ike drogado se rayó y agredió como de costumbre a su esposa y la cantante no soportó más.
Se refugió un hotel y pocos días después le pidió el divorcio a su marido. “Cuando me fui estaba viviendo una vida de muerte”, confesaría. “Yo no existía. No temía que me matara cuando me fui, porque ya estaba muerta. Cuando me marché, ya no miré hacia atrás”. Quedó quebrada emocional y económicamente. Tuvo que pagar las penalidades de todos los conciertos cancelados y, para colmo, Ike había patentado el nombre del grupo y actuaba como Ike & Tina Turner con una cantante igualita a Tina. Todo cambiaría en 1984 gracias a ese discazo ‘Private Dancer’.
Los cinéfilos la recuerdan como la mala de ‘Mad Max: Más allá de la cúpula del trueno’ (1985), tercera entrega de la saga protagonizada por Mel Gibson, donde le hacía la vida a cuadritos al ‘loco Max’. El mundo la recordará como una mujer luchadora, que supo renacer de sus cenizas y hasta los 70 años siguió roqueando con minifalda arriba del escenario con unas piernas y una voz espectaculares.
Vendió 200 millones de discos, ganó 12 Grammy, batió el récord para un concierto pagado al vender 180 mil entradas en el estadio Maracaná en 1998 y fue la primera mujer en ser portada de la revista Rolling Stone. Su leyenda crecerá con el tiempo. Apago el televisor.