Este Búho vio la coronación del, un hombre que lleva en su espalda una mochila llena de ‘chicharrones’, que por un momento pusieron en duda su derecho a la sucesión tras la muerte de su madre Isabel II. Fueron muchos sus ‘anticuchos’ en las décadas en que en se supone debía estar preparándose para ser un buen rey. Uno de los mayores escándalos en que se vio envuelto fue la entrega de títulos ‘honorarios de la realeza’ a ‘plebeyos’, a cambio de jugosas donaciones de dinero.

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Fue la mismísima Scotland Yard la que abrió una investigación sobre la fundación del príncipe por el escándalo revelado en los medios como el Sunday Times, en setiembre de 2021. Ahí se conoció que el empresario saudí Mahfuz Marei Mubarak bin Mahfuz, quien hizo millonarias donaciones a las caridades del ahora rey, obtuvo la condecoración como ‘comandante del Imperio Británico’ en el 2016. Esto lo habría logrado con la intermediación de Michael Fawcett, ex asistente personal del otrora ‘Príncipe de Gales’ y quien usó sus contactos para que Mubarak tuviera semejante distinción. Por este motivo, Fawcett renunció a su cargo.

Pero la controversia no terminó ahí, nuevamente el Sunday Times reveló que Carlos recibió maletas y bolsas llenas de dinero como donativo de Hamad bin Yasim bin Yaber al Zani, ex primer ministro de . En total, la suma fue de 3 millones de euros entregada en tres ocasiones distintas de manera personal al ahora rey. La polémica golpeó duramente a la familia real y sembró muchas dudas sobre la gestión de las millonarias beneficencias del ahora dueño del trono británico. La fortuna del rey asciende a 2 mil 247 millones de dólares, tras haber recibido la herencia de su madre, según el diario The Guardian.

El pueblo británico siempre ha considerado a Camila como “la otra”

Camila Parker logró su sueño de convertirse en reina consorte. El pueblo la repudió porque siempre la consideró ‘la otra’, entre el matrimonio de Carlos y la princesa Diana, y la causante de su divorcio, peor aún cuando la carismática ‘Lady D’ murió en un trágico accidente automovilístico en París en 1997. Veteranos cronistas de la realeza recordaron que el amorío entre Carlos y Camila comenzó en 1970, durante un partido de polo. Carlos estaba soltero, pero Camila tenía novio, Andrew Parker Bowles, capitán del Ejército real. La joven realmente estaba enamorada de Bowles, pero usaba a Carlos para darle celos. Tres años después, cuando el príncipe viajó para hacer su servicio militar, ella se casó con Andrew sin siquiera avisarle. Sin embargo, ambos mantuvieron una relación clandestina. Incluso, fue Camila quien le aconsejó que debía buscarse una princesa. Fue así como conoció a Diana Spencer, una joven aristócrata de 19 años, quien fue considerada como la candidata perfecta y terminó por convertirse en la princesa de Gales en el año 1981.

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Carlos III: El rey poco popular ante el reto de modernizar la monarquía Carlos III, oficialmente coronado el 6 de mayo, era uno de los miembros menos apreciados de la realeza británica hasta que subió al trono, y aunque su popularidad mejoró enfrenta ahora el reto de pilotar una complicada modernización monárquica. (Fuente: AFP)

La boda fue un acontecimiento mundial, pero pronto se evidenciaron las diferencias entre la pareja más famosa del mundo. Ella era considerada por la prensa como una mujer moderna, carismática y mediática, mientras que Carlos era tachado de ser un hombre más serio, tradicional y, hasta cierto punto, ‘mongo’. Pero la razón fundamental era que seguía enamorado de , por eso retomó su amorío con ella en 1986, después del nacimiento del príncipe Harry. Según la autora de la biografía ‘The Duchess: The untold story’, que habla sobre la vida de Camila Parker, quince días antes del matrimonio de Diana, Carlos le envió un lujoso brazalete de despedida a Parker. Fue un viernes por la tarde de 1981 cuando Diana encontró la joya y se convirtió en el brazalete de la discordia entre ambos.

La princesa siempre la tuvo bajo el radar. Inclusive la confrontó en una fiesta de la realeza, pero Carlos siguió engañándola con una ‘tía’, como la llamaba Diana, pues la ‘otra’ era catorce años mayor que ella. La infidelidad se hizo pública apenas tres meses después de que Carlos y la princesa se separaran formalmente, al publicarse en la revista ‘People’ la transcripción completa de una llamada telefónica hot entre los amantes en 1989. Bajo el título ‘Carlos y Camilla-La cinta’, la explícita llamada de seis minutos entraba en un detalle ‘cachondo’, cuando los viejos amantes fantaseaban con tener intimidad el uno con el otro. Y lo que fue peor, el audio era íntegro, gracias a un aficionado a la radio que se había topado con la conversación utilizando un dispositivo de escaneo de alta tecnología.

La cinta revelaba cómo, desbordado por el deseo carnal, Carlos le dice a Camila que desea convertirse en el ‘tampón’ (toalla higiénica) de ella, entre otras revelaciones ‘calientes’ que lograron hacer sonrojar y escandalizar a todo el Reino Unido. La prensa bautizó el episodio como el ‘Tampongate’ o el ‘Camilagate’ y tuvo el efecto de una bomba atómica caída en el centro del Palacio real. Hoy Carlos III es rey y Camila la reina consorte, pero ni el mejor exorcista pudo evitar ahuyentar el fantasma de la entrañable ‘Lady D’ durante la coronación de estos viejos tramposos. Apago el televisor.

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