Este Búho observa las terribles imágenes de los indocumentados en la frontera sur, expulsados de Chile e impedidos de ingresar al Perú por lo mismo. Más de seis millones de llaneros se vieron obligados a huir de su país antes que morir de hambre por culpa de la dictadura corrupta de . El iletrado que terminó de destruir, después de Hugo Chávez, la economía y las instituciones democráticas de una otrora próspera nación.

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Los jóvenes me preguntan si es verdad o leyenda urbana lo que gritan algunos enardecidos venezolanos: ‘Cónchale vale, nosotros les dimos de comer a los peruanos cuando llegaron a Venezuela’. Que ellos nos recibieron con los brazos abiertos cuando se produjo una ola migratoria peruana hacia la tierra de Bolívar, cuando ellos estaban en mejor situación económica que nosotros, es una verdad a medias. Es cierto que a partir de la década del setenta, en pleno gobierno militar del general Juan ‘Chino’ Velasco Alvarado, producto de las nacionalizaciones y la política económica estatista del régimen, se produjo una grave crisis económica, desabastecimiento de productos básicos, gasolina, carne, además de inestabilidad política y represión a la prensa. Las empresas norteamericanas se fueron del país. Muchos profesionales estaban descontentos con las nacionalizaciones, sobre todo en el sector energético. Por el contrario, en esos mismos años, Venezuela vivía los años del boom del petróleo.

Antes los peruanos entraban a Venezuela con visa

Un país con gasolina baratísima, precios módicos, sueldos altos y mucha oferta de trabajo fue un imán para miles de migrantes colombianos, ecuatorianos, peruanos y bolivianos. Los primeros peruanos en migrar fueron los profesionales ligados a la industria del petróleo: ingenieros, técnicos, obreros. Pero Venezuela siempre puso restricciones para ingresar a su territorio: había que hacerlo con visa, acreditando bolsa de viaje y otros requisitos.

No era que te recibían con los brazos abiertos. Pero si ingresabas había trabajo y los peruanos podían ahorrar y mandar dinero a sus familias. Por eso miles entraban ilegalmente por los pasos fronterizos con Colombia. En los ochenta, en las épocas del terrorismo y en los primeros años de la década del 90, por el ‘fujishock’ de Alberto Fujimori, siguió la ola de migrantes hacia la nación bolivariana. 50 mil peruanos habían ingresado en calidad de legales y 100 mil en calidad de ilegales entre 1970 y 1995. Pero la gran migración siempre ha sido a Estados Unidos. Según el último censo, hay 684 mil 345 compatriotas entre legales e ilegales. Las olas migratorias también se produjeron según la situación política, social y económica del país.

Trome | Decenas de migrantes quieren ingresar al Perú
Miembros de la Policía Nacional del Perú fueron a la frontera con Chile y se encontraron con cientos de extranjeros con intención de entrar a nuestro país.

Durante el desastroso primer gobierno de y el auge de los grupos terroristas Sendero Luminoso y el MRTA, y en los noventas en el gobierno del ‘chino ‘Fujimori se produjo una gran ola migratoria hacía ese país. Profesionales médicos, abogados, contadores, economistas, ingenieros, periodistas, maestros, futbolistas, artistas junto a empleados, obreros, choferes, informales, desocupados y hasta delincuentes viajaron en masa a asentarse en las tierras del ‘Tío Sam’. Algunos, como el periodista y escritor , hasta adquirieron la nacionalidad norteamericana. Otros, como Patricio Suárez Vértiz, regresaron después de décadas al Perú y otros más, como el legendario futbolista Pedro Pablo ‘Perico’ León, se fueron, nunca más regresaron y murieron lejos de su tierra.

Este columnista también recuerda el ‘boom’ de la migración a Japón. El ‘chino’ Fujimori había llegado al poder en 1990 y Japón estaba de moda. ‘El país del Sol naciente’ necesitaba mano de obra ‘no calificada’, esos trabajos que los japoneses se resistían a realizar. Las intenciones del gobierno nipón era que los que llegaran fueran nikkeis, descendientes de japoneses. Pero la viveza criolla hizo que miles de migrantes andinos que no tenían ninguna descendencia obtuvieran sangre ‘japonesa’ comprando el ‘koseki’ a los verdaderos japoneses que ingresaron a una mafia de este documento de identidad. Uno veía a un puneño de pura cepa con el apellido Yamamoto y se mataba de risa. Fue así que en 1990 habían en Japón 10 mil 279 inmigrantes peruanos.

Sin embargo, la pujante actividad de los chamberos peruanos en el archipiélago asiático se vio abruptamente interrumpida a las dos y cuarenta de la tarde de marzo del 2011. Un terremoto de 9.1 grados y ¡seis minutos de duración! no solo destruyó la zona del Pacífico de la isla, sino que causó un terrible tsunami. Fue el cuarto terremoto más potente del mundo en los últimos quinientos años. El saldo trágico fue de 15 mil 859 muertos y 2 mil 556 desaparecidos. Tras el cataclismo, seis mil peruanos hicieron maletas y regresaron asustados al país. En esos aciagos momentos sonó más que nunca la entrañable canción de Pedrito Suárez Vértiz: ‘Cuando pienses en volver’. Apago el televisor.

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