Jorge Hernández Fernández
Jorge Hernández Fernández

Este Búho siente vergüenza cuando ve cómo los más altos mandos de la Policía que han sido comandantes generales de la institución, pero fueron expectorados y están investigados por la Fiscalía por corrupción, desfilan por los sets de televisión. Unos para reconocer su relación de ‘amistad’ o ‘sumisión’, según sea el caso, con Jorge Fernández Hernández, alias ‘El Español’ o ‘El gringo Javier’.

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Un buscavidas sin oficio ni beneficio de 32 años, quien llegó hace algunos años a vivir en una modesta vivienda cerca al río Chillón y ejerció de ‘guachimán ‘y matón en desalojos de terrenos, para terminar increíblemente como ‘operador’ de Pedro Castillo en el sector Interior e ‘Inteligencia’. De hecho, era el ‘ministro’ de facto y ordenaba a los generales que cumplieran sus órdenes en base a prebendas o carajeadas en nombre del chotano.

Este tipo ahora se acoge a la colaboración eficaz, sale libre y le jura a Milagros Leiva, que le entregó 65 mil soles en su mano, con plata de una coima del fondo funerario policial, a Raúl Alfaro. El alto oficial va donde ‘Beto’ y, ante la acusación gravísima, sigue diciendo que ‘El Español’ era una persona caballerosa, buen amigo y de buen conversar’. Otro ex comandante general, Luis Vera Llerena, también es acusado por ‘El gringo’ de ‘darle soplos’ para que no capturen a los sobrinos de Pedro Castillo.

Trome | 'El Español' en Canal N
'El Español' contó qué fue lo que lo motivó a venir al Perú.

Se confiesa y acusa al ‘Español’ de ‘ser siniestro y que le gustaba amedrentarle. “Me dijo que era el hombre de máxima confianza de Castillo y me citaba en su casa para imponerme nombres de generales para colocarlos en las principales dependencias. Lo recibí por órdenes de Castillo y el aval del exministro del Interior Dimitri Semanche. El ‘gringo Javier’, como lo llamaba el presidente, me presionaba cuando me oponía a sus órdenes o cuando dispuse operativos para capturar a los sobrinos de Castillo, me destituyeron”.

Vera Llerena confirma que se vengó mandando a investigarlo y descubrió que era traficante de terrenos ‘Por eso Castillo lo botó y ahora se venga enlodando mi nombre’. Este columnista ve a todos estos impresentables personajes y parecen sacados del circo de ‘Tony Perejil’. Generales todopoderosos que se dejaban mandonear por este ‘encantador de serpientes’. Que haya engañado a un ingnorante y casi analfabeto como Pedro Castillo puede pasar, pero no a altos mandos con años de instrucción, especialización, mando de oficialidad, que no son cualquiera. Castillo le hizo un daño terrible a la institución policial. Tantas carreras de oficiales honestos pasados a retiro para colocar a malos generales miembros de una mafia. Con razón que los sobrinos y amigotes del mandatario fugaron en las narices de la Policía.

El ‘Español’ se dedicaba a ‘contactar’ con altos oficiales corruptos

para que apoyen los desalojos ilegales por todo el país de una empresa española dirigida por el traficante de terrenos chapetón, Sergio Castellanos, que los ‘aceitaba’ bien. Pero donde en realidad se le presentó la virgen fue cuando el sobrino del presidente, Cleiden Vásquez Castillo, se mudó al condominio donde vivía y trabajaba de vigilante. Ya Hernández, gracias a sus amigos policías, había ampliado sus ‘contactos’ en el Ministerio del Interior y la Dirección de Inteligencia. Así impresionó al ‘sobrinísimo’, quien lo presentó con su tío. Ahí el chotano desnuda su rostro siniestro.

Le encarga que organice un equipo de ‘contra espionaje’, paralelo al oficial, que haga ‘el trabajo sucio’. Que realice interceptaciones telefónicas a opositores, a los fiscales que lo investigaban, a los policías que lo seguían y a los periodistas que denunciaban sus corruptelas, y que consigan un ‘topo’ en el fujimorismo congresal. Y cuando descubrieron sus robos y lo investigaron, urdió un diabólico plan para dar un golpe de Estado como Fujimori, con un ‘Español’ haciendo de Vladimiro Montesinos, pero más caricaturesco. Porque ni Pedro ni Fernández le llegaban a los talones a los ‘siameses’ de los noventa que gobernaron una década y sí se las sabían todas.

Montesinos egresó de la Escuela Militar de Chorrillos. Trabajó con el general Mercado Jarrín, ministro de Relaciones Exteriores, a quien espió porque se convirtió en agente de la Central de Inteligencia Americana (CIA), y se salvó por un pelito de que lo fusilaran por ‘traición a la patria’, cuando lo descubrieron. Lo degradaron, cumplió una condena en el cuartel de Pueblo Libre y nunca más debía pisar un cuartel, según resolución militar. Estudió y se recibió de abogado y los ‘narcos’ eran sus principales clientes.

En 1990 su amigo, el sociólogo Francisco Loayza, asesor del candidato en la segunda vuelta Alberto Fujimori, se lo presentó para que le arreglara un ‘problemita’ sobre su ‘partida de nacimento’ y sobre un terreno de su esposa, Pampa Bonita en Huaral. El ‘Doc’ lo resolvió y se convirtió en el brazo derecho del ‘Chino’. Juntos planearon un ‘golpe de Estado’ y el asesor se convirtió en el jefe de la Inteligencia en la sombra, y tenía a los generales de las tres armas y la Policía bajo su mando con ‘un acta de sujeción’. Montesinos era un ser muy siniestro, el ‘Español’ es una versión chicha del operador de Inteligencia. Apago el televisor.

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