Este Búho se mantuvo en vilo y quedó sorprendido al conocer detalles nunca revelados sobre la ‘bomba sexi’ de Estados Unidos, la modelo Anna Nicole Smith, una chica pueblerina que saltó a la fama al posar desnuda para la revista Playboy y convertirse en una de las modelos mejor pagadas de su país. Su fama la llevó a actuar en Hollywood y al volverse una celebridad era la engreída de sus ‘amigos’ los paparazzi, pero tiró su carrera a la basura por sus escándalos provocados por su adicción al alcohol y los barbitúricos.
Misia, con un hijo pequeño, comenzó a huir de sus ‘amigos’ reporteros y se casó a los 23 años con el inválido magnate multimillonario petrolero J. Howard Marshall de 89 años. El octogenario murió a los tres meses y la esposa que pensaba que se había sacado la Tinka enfrentó un escandaloso y mediático juicio con el hijo de su marido. Perdió el litigio y se quedó sin nada. La ‘conejita’ murió en el 2007 de una sobredosis a los pocos meses que muriera por lo mismo su hijo Daniel, de 20 años, y naciera su hija.
Toda esta vida exagerada hasta la estratósfera de Anna Nicole es presentada por Netflix en el documental de estreno ‘Anna Nicole Smith: Tú no me conoces’ dirigido por Ursula Macfarlane. Vicky Lynn Hogan -su verdadero nombre- presentó al inicio una imagen de chica buena de campo. Inocente e ingenua, pero a la vez muy sexy, que deseaba ser una estrella y cumplió sus sueños. Pero la realidad era muy diferente. Hija de una subalterna de la policía cuyo marido la abandonó junto a su hija y hermano, no terminó la secundaria para trabajar de camarera en un restaurante de pollo broaster con el fin de ahorrar dinero para largarse del lugar. Pero se enamoró del cocinero, se casó a los 17 años y tuvieron un hijo, Daniel. A los seis meses abandonó a su marido (se divorciaría en 1993 pagándole una fuerte suma) y se fue del pueblo a trabajar en un night club de bailarina de strip tease. Su mejor amiga de la época, trabajadora en el mismo club, cuenta en el documental que ella era muy ambiciosa. Consideraba que tenía un rostro bello, piernas esbeltas, pero los pechos muy chicos. Decidida a todo con tal de triunfar se agrandó las ‘lolas’, pero los dolores post operatorios la obligaron a tomar analgésicos y también ansiolíticos de los que se haría dependiente.
En 1991 se le presentó la Virgen y su vida daría un vuelco espectacular. Para bien... y para mal. El multimillonario petrolero J. Howard Marshall II recién había enviudado y para sacarlo de la depresión lo llevaron al club de bailarinas nudistas. Al ver la rutina de ‘Vicky’ (Anna) se le subió la bilirrubina. Se enamoró. La sacó del club y le compró tres casas, un auto deportivo del año y la mantuvo a ella y a su hijo como si fuera suyo. Marshall la colmaba de regalos y la mantenía al igual que a su hijo Daniel. También le pidió matrimonio en varias ocasiones, pero ella se negó.
El padre de Anna Nicole Smith quiso tener relaciones sexuales con ella
El segundo golpe de suerte fue que la editora de fotografía de Playboy, Marilyn Grabowski, recibió de un amigo de Texas unas fotografías de Anna Nicole y la eligieron para la portada, que era como ser elegida ‘Miss América’. La vida le cambió, el dueño de la firma Guess la contrató y definió como ‘la nueva Claudia Schiffer’. Tanta exposición le iba a pasar factura, Su romance con la prensa terminó cuando ella contrató a detectives privados para encontrar a su padre que la abandonó y nunca conoció. Ella lo recibió en limusina y lo llevó e hizo una fiesta para él en la mansión de Playboy y le presentó al mítico Hugh Heffner. Pero de un momento a otro el tipo desapareció. Le confesó a su mejor amiga: ‘Lo boté, quiso tener relaciones sexuales conmigo’. Ese encuentro fue tan frustrante que solo pocos días después fue hospitalizada a causa de una mezcla brutal de pastillas y alcohol. Los medios demolieron su imagen de ‘chica buena e ingenua de pueblo’ y las grandes firmas rescindieron sus contratos. Desesperada, acepta la proposición del petrolero Marshall y se casan en junio de 1994. Ella tenía 26 años, él 89.
Viuda a los tres meses se mantuvo un tiempo con perfil bajo. Ya no era noticia. Hasta que de pronto le ofrecieron protagonizar ¡su propio reality show! Pero había un problemita. Había engordado y ya no era aquella rubia sexi, sino el ‘punto’ de los chistes de la televisión y los tabloides. El 7 de setiembre de 2006 fue el último día que sonrió. Fue en las Bahamas cuando nació su hija Dannielynn. Ella no sabía quién era el padre. Esa misma noche, su hijo Daniel, de 20 años, viajó a conocer a su hermana. Al día siguiente amaneció muerto por una dosis de metadona usando las drogas de su madre. Anna no soportó la culpa por la muerte de su adorado hijo y murió también por sobredosis unos meses después. Tal vez después de ver el documental podamos conocerla un poco más. Apago el televisor.