Este Búho no deja de sorprenderse de que un abogado estadounidense, que fuera integrante de la Cámara de Representantes de Mississippi, John Grisham (Arkansas, 1955) sea el campeón absoluto del ‘thriller legal’, ese subgénero literario donde los estudios de abogados con sus colaboradores, los fiscales, jueces, jurados, testigos, ocupan el sitio que en las novelas policiales detentan los detectives, policías, comisarías, el y su personal. En esa línea, el autor acapara el primer puesto en ventas.

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Con 250 millones es el hombre que más libros ha vendido en el mundo. Este columnista tiene varios libros suyos y los ha disfrutado sin prejuicios. Grisham nació el 8 de febrero de 1955 en Jonesboro, Arkansas, en una familia dedicada a la construcción. Pero John no tenía la intención de aprender el oficio de su padre y de niño soñaba con ser jugador de béisbol profesional. Pese a ello, optó por estudiar una carrera y se especializó en contabilidad en la Universidad Estatal de Mississippi. Luego, se apuntó a la escuela de leyes y, tras terminar ejerció la abogacía durante una década en Southaven.

Mario Vargas Llosa: "En última instancia, los escritores no saben de qué escriben"
El premio nobel de literatura Mario Vargas Llosa ha asegurado este miércoles que, "en última instancia, los escritores no saben de qué escriben", y es que "las novelas que al final resultan generalmente no tienen nada que ver con lo que era la idea inicial". (Fuente: EFE)

Por otro lado, en 1983 fue elegido para la Cámara de Representantes de Mississippi, donde sirvió hasta 1990. Según su pagina web, ‘él trabajaba entre 60 y 70 horas a la semana en un pequeño bufete, contando las horas para salir de la oficina’. Aunque el abogado también reconoce que usaba de forma muy provechosa sus descansos. ¿Qué hacía? Usaba cada pausa para escribir su primera novela. En 1984, John escuchó -en el juzgado del condado de DeSoto- un desgarrador testimonio. Una niña de 12 años había sido víctima de violación y Grisham, con la rabia que sentía,inició una novela que relataba lo que habría sucedido si el padre de la chica hubiese asesinado a sus agresores.

John Grisham terminó de escribir su primer libre en su poco tiempo libre

Decidió por cambiar su rutina, se levantaba a las cinco de la mañana a escribir en cada minuto libre. Después de tres años, el abogado terminó su texto y -aunque fue rechazado por numerosas editoriales- logró publicar su novela en 1989, bajo el nombre de ‘A time to kill’ (Tiempo de matar). De los exiguos 5 mil ejemplares que se imprimieron, ‘Tiempo de matar’ más tarde se convertiría en una película dirigida por Joel Schumacher y protagonizada por Mathew McConaughey y , senda que han seguido buena parte de sus libros posteriores.

Un día después de acabar su ópera prima, empezó con la segunda novela: ‘The firm’ (Fachada o La firma en hispanoamérica). Su segundo trabajo causó tanta expectativa que el gran Sidney Pollack dirigió la adaptación al cine de la novela con Tom Cruise y Gene Hackman.

Este columnista acaba de leer su penúltima novela: ‘El manuscrito’ (2021). Grisham se saca el terno, deja la corte y se va a la playa. Esta es una historia de catástrofe que esconde una alucinante aventura policial. Un libro claustrofóbico ambientado en una bucólica isla donde vive una pléyade de novelistas dedicados a escribir historias policiales, thrillers. Los intelectuales acaban de recibir a una escritora oriunda de la isla que ha alcanzado celebridad nacional justo cuando el devastador huracán ‘Leo’ se desvía de su curso previsto para orientarse hacia Camino Island, su hogar. La gran mayoría de los pobladores sensatos abandonan la isla con lo que tienen puesto. Dejando residencia y lo valioso ante la inminencia del desastre.

Solo un grupo de kamikazes desafía a la autoridad y decide quedarse y arriesgar sus vidas. Entre ellos Bruce Cable, el dueño de la librería Bay Book, la mejor del pueblo. ‘Leo’ es una maquina de destrucción, calles inundadas y una docena de muertos. Una de las víctimas es Nelson Kerr, amigo de Bruce e introvertido autor de thrillers. Pero los indicios sugieren que la descomunal tormenta no fue la causa del fallecimiento de Nelson: la víctima recibió numerosos golpes sospechosos en la cabeza. Kerr decide convertirse en uno de los personajes de las novelas policiales de sus amigos y funge de detective. Ha convencido al forense de que hubo asesinato, pero no hay nadie para resolverlo, pues las evidencias las destruyó la tormenta. Pero Bruce comienza a preguntarse si algunos oscuros personajes de las novelas de su amigo podrían ser más reales que ficticios. Y en algún lugar de la computadora de Nelson está el manuscrito de su nueva novela. ¿Estará allí, en letritas, la clave del caso? Bruce empieza a investigar y lo que descubre entre sus páginas es más impactante que cualquiera de los giros de las tramas de Nelson. Atrapante novela. Hay millones de razones para leer a Grisham. Como a Mario Puzo o Henri Charriere. Apago el televisor.

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