Este Búho confiesa que no se perdía las películas Arnold Schwarzenegger (Thal, Austria, 1947), el multicampeón universal de fisicoculturismo que llegó a Norteamérica en los años setenta sin saber hablar inglés y durante sus décadas prodigiosas de los ochenta y noventa cimentó su carrera como uno de los más populares actores del cine de acción. Recuerdo que en la cazuela del cine Mirones vi sus inicios en filmes como ‘Conan, el bárbaro’ (1982) donde todavía le costaba hablar en inglés y le daban diálogos de pocas líneas, y sí mucha pantalla para mostrar su alucinante musculatura. Pero me deslumbraría con ‘Terminator’ (1984), del gran James Cameron, donde la máquina asesina interpretada por el austriaco se roba el protagonismo y ya nadie recuerda el nombre del héroe, pero sí el del villano. Y dejó para la posteridad la frase “I’ll be back” (volveré), que es la línea de diálogo más emblemática de ‘Terminator’ y una de las más recordadas en la historia del cine.
Luego vendrían los trepidantes ‘Depredador’ (1987), Total recall’ (El vengador del futuro, 1990), del notable Paul Verhoeven, ‘Mentiras verdaderas’ (1994) con la entrañable Jamie Lee Curtis, entre otros filmes de acción, o hilarantes comedias como ‘Gemelos’ (1988) o ‘Junior’ (1994). Cuando le quedó chica la actuación emprendió un reto que parecía imposible para un nacionalizado norteamericano: ingresar a la política postulando como gobernador de California por el partido Republicano. Ya había entrado a una de las familias más aristocráticas de la política estadounidense: los Kennedy, al casarse con la periodista Maria Shriver Kennedy. Dio el campanazo al ganar la gobernación con tan buena gestión que consiguió la reelección.
Arnold Schwarzenegger engañó a su esposa y tuvo un hijo con la ama de llaves
Pero toda su perfecta vida trazada desde que era un niño en un remoto pueblo austriaco se le desmoronó cuando se hizo público que en 1993 había tenido un hijo extraconyugal con Mildred Baena, su ama de llaves de origen dominicano. El muchacho, Joseph Baena, tenía la misma edad que su último hijo menor y se llevan por pocos días. Al desmoronarse su secreto mejor guardado, su matrimonio se hizo añicos y abandonó la casa. Su divorcio demoró 10 años en negociaciones financieras con Maria. En el 2021 tuvo que pagarle a su exesposa 200 millones de dólares para quedar divorciado. En el 2023 Schwarzenegger decidió que quería contar su propia historia en una serie. Así nació ‘Arnold’, el documental de tres episodios que Netflix ha estrenado.
Una de las historias que repasa el actor en la serie, estando en un sillón fumando un puro o haciendo ‘fierros’ en un gimnasio, es el terrible episodio de cómo su exesposa se enteró de que él tenía un hijo extramatrimonial fruto de una aventura con su ama de llaves. “Maria y yo íbamos a terapia una vez a la semana. En una de las sesiones, el consejero dijo: ‘Creo que hoy Maria quiere ser muy específica sobre algo. Quiere saber si tú eres el padre de Joseph’. Pensé que mi corazón se detenía y luego dije la verdad”, reconoció. “Ella quedó destrozada por eso. Tuve una aventura en 1996. Al principio realmente no lo sabía. Empecé a sentir que cuanto más envejecía, más claro me quedaba y luego era solo una cuestión de ‘cómo mantienes esto en secreto’”, agregó.
Si bien el actor revivió aquel duro momento, aseguró que por lo general se siente ‘renuente’ a hablar de eso. “Cada vez que lo hago se abren las heridas de nuevo. Creo que ya causé suficiente dolor a mi familia por ese desliz. Todos tuvieron que sufrir. Maria tuvo que sufrir. Los niños tuvieron que sufrir. Joseph. Su madre. Voy a tener que vivir con eso el resto de mi vida. La gente recordará mis éxitos y también recordará mis fracasos. Este es un gran fracaso”, reconoció dando un valor adicional al documental donde se demuestra que no todo en la vida del astro es triunfos y metas perfectamente cumplidas. Al final el superhéroe, el indestructible protagonista de épicas batallas es un ser humano con las mismas miserias que el último de la fila de una cazuela de cine de barrio asiduo a ver sus filmes más gloriosos.
En el epílogo del documental sale por primera vez con su hijo, Joseph Schwarzenegger, que es su vivo retrato. En ‘Arnold’, Schwarzenegger asume el más difícil papel de su carrera: interpretarse descarnadamente a sí mismo sin maquillajes ni efectos especiales. ‘Hasta la vista, Arnold’. Apago el televisor.