Del saque somos carnecita... “Si hubo error, fue mío. La prensa no defiende a la selección. Todo lo malo ve primero”, fue la respuesta de Jorge Fossati en conferencia de prensa ante la pregunta por el gol de Luis Díaz, en un córner, la noche del viernes. Si soy buenito y le sigo el amén, diré que nos dormimos, que nos agarraron fríos y cualquier excusa que se me ocurra. Pero no me voy quedar callado y escribiré lo que pienso. Y sí, el entrenador es el principal responsable del 1-1 ante Colombia y sus arrebatos me importan un pepino.
Así de bravo se hubiera puesto por el ‘woki toki’ para que no hagan los tres cambios en esa jugada parada. En vez de estar buscando ‘buchones’, soplones, espías y largadores, que se dedique a encontrar gente competente en su staff. Así es...
Y no lo señalo por capricho o algo personal. Les voy a dar mis argumentos. El cuerpo médico está por encima del técnico. Primero: entra el doctor corriendo a la cancha y, sin consultar al jugador y de forma inmediata, pide el cambio por un cortecito. Y esto no es un invento mío. El propio zaguero declaró post partido que el médico tomó la decisión. O sea, lo culpó directamente de tremenda burrada.
Franz Beckenbauer jugó con un hombro dislocado más de 50 minutos en el ‘Partido del siglo’ contra Italia, en una de las semifinales del Mundial de México. Aquí por un poquito de sangre se tocaron de nervios y mandaron todo al tacho. Sí, señores...
Lo segundo es la reacción y gestión del asistente que se comunicaba por radio con el ‘Nono’. En su país lo llamarían pelotudo. Así las papeletas ya estaban hechas, pudo detener las variantes con el cuarto hombre. Ahí no se necesita órdenes del jefe ni de nadie. Es iniciativa, recurso, sabiduría, conocimientos. Incluso, Callens con malla en la cabeza, el árbitro tenía que esperar a que reingrese, pero ese es un circo. Uno que sutura heridas te mueve el equipo.
El próximo martes entra al vestuario el ‘Gordo Eddy’, encargado de la logística de las selecciones, y le dice que siente a Carlos Zambrano porque se le ha vencido el pasaporte. O el utilero que se le han perdido los chimpunes de Renato Tapia y que lo haga descansar medio tiempo. Nooooo...
Los detalles marcan la diferencias en las Eliminatorias. Y ese fue un ‘autogol’. Que el ‘abuelo’ reniegue es su tema. Los errores de la banca duelen más que los de la cancha. Los futbolistas están con las pulsaciones a mil. Los que están afuera deben estar fríos y claritos. No atolondrados ni cardiacos ni paralizados.
Se viene Ecuador y no podemos fallar. Todo es ganable y perdible. No enfrentaremos a un cuco. Ya frenamos a la subcampeona de América. Allá se ‘botan’ con que Moisés Caicedo costó 133 millones de euros al Chelsea y hoy su valor es 75 millones, la mitad de lo que cuesta la selección peruana. Por ese volante solo pago una galleta Morochita y un Frugos de cajita con cañita. Así que no hay de qué asustarse. Igual que Colombia tienen un mejor presente, nada más. Rexuxa... Me voy, soy fuga.
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