Del saque somos carnecita... Ha quedado recontrademostrado que en el Perú hay grandes atletas y muchos talentos por descubrir y pulir. Con apoyo limitadísimo del Estado, estos chicos han hecho vibrar hasta el cerro más lejano del país. Y el mérito es muy grande. Muchos salen a las 5 de la mañana para entrenar duro y luego ir a sus trabajos para sostener a sus familias. Otros son de extrema pobreza y a lo mucho, su taza de quaker en el estómago. Los provincianos se preparan sin marca deportiva. Cualquier polo y short. Zapatillas ‘chanchitas’ nomás. Así como se han gastado millones en infraestructura, deberían invertir una partida importante para cada disciplina. Queremos ser potencia solo con té y pan con mantequilla. Sí, señores...
Hasta ayer sumamos 31 medallas: 8 de oro, 7 plata y 16 de bronce. La mayoría por el esfuerzo personal. El deporte es la vía más segura para que el joven no se distraiga en vicios ni cruce la línea. El atletismo, surf, squash, karate, levantamiento de pesas, tabla con vela, tenis, frontón, judo, esquí acuático, tiro y box han subido al podio y siento orgullo como todos los peruanos. Ayer, se quebró Carlos Lam agarrando fuerte su presea dorada junto al equipo de karate kata. Se me doblaron las piernas de la emoción. Escuchar el himno con la bandera flameando te pone la piel de gallina. Gracias por tanto...
Un ‘puntero mentiroso’ no va a tener cargo oficial en el equipo del final de la avenida Javier Prado porque tiene algunos ‘anticuchos’ y solo aparecerá como asesor externo. El tío se sentaba en un café de Miraflores cuando manejó por primera vez el club y desde ahí digitaba todo. Eso sí, es un rico ‘maquinador’ para los ‘business’. Hace un tiempo, se puso a hablar por celular en ‘La Favorita’ y un hombre de fútbol, que no conocía, escuchó la conversación y quedó espantado. Lo peor es que se vende de carismático. Asuuu...
El Sport Victoria se fue pa La Habana. No tienen un mango y como deben desde el año pasado, les bajaron el dedo en la Liga 2. Se los adelanté hace un tiempo, el bravo del equipo mandaba a su chofer a hacer los cambios y no le importaba el entrenador. Lo raro es que antes de irse, hubo dos taquillas fuertes con Alianza Lima y Binacional y no repartió un centavo. O sea que perdió la categoría, pero con la billetera gruesa. Así no es... Me voy, soy fuga.