Del saque somos carnecita... Por siaca, le aviso a Miguel Araujo que no le dé confianza a Teo Gutiérrez, en Colombia. El defensa ha arreglado con el Junior de Barranquilla, donde el delantero es ídolo y sus compañeros ya le han perdonado dos veces la vida por ‘tirar maicito’ a mujer ajena. La última fue la esposa del paraguayo Roberto Ovelar, que es un monumento. Ella le contó a su marido y el ‘Búfalo’ se quejó con el presidente del club y rescindió contrato. La firme que eso era puñete y de frente sin pedir explicaciones. Hay que estar ojito, ojito con los ‘partidores’ que aparecen como causas, brothers, batería y, al final, resultan unos hijos de su mamá. Sí, señores...
Confirmado, ya me enteré que un entrenador no era nada santo. Lo despidieron de un cuadro de Primera por sonso y por su instinto animal. No lo arrimaron por los resultados o su chamba, lo sacaron por dos motivos: Liquidaba con algunos de sus jugadores y se consiguió el celular de la noviecita de uno de sus pupilos para pulsearla. El plantel lo enterró 30 metros bajo tierra y ahora el hombre patea cilindros. No se mete la puntita en la planilla. Lo mejor es afanar chicas fuera del entorno de tu trabajo. Así es... El ‘Pana’ se creyó eso que era la reencarnación de ‘Perico’ León y pidió un aumento del 40% de su sueldo. Se llevaba 25 mil cocos más depa en Ate y se le fue la lancha con sus exigencias, por eso no le renovaron. En Arequipa lo querían, pero se asustaron con su precio y le dijeron ‘más pallares con tallarines’. Al final, tuvo que chapar una pistola, una Mini-UZI, un fusil y varias direcciones de trampitas en el Callao. No quedaba otra papá...
Me llama la muchachada para felicitarme por mi ranking de fin de año, pero también decirme que faltó poner el ‘Festival del año’: El de Vitito, que llevó más gente que el concierto de Bruno Mars. Convocó canallas tiernecitas, matreras antiguas, picadores, atrasadores, camarones, bomberos, ‘rasca paredes’, fulbiteros y peloteros jubilados. Lo único malo que hubo quejas que los pollos estaban inflados. Un grande el zambo, nuestro hermano. Así es... Me voy, soy fuga.