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Kent Taylor, fundador y director ejecutivo de la cadena de restaurantes Texas Roadhouse, no pudo lidiar con un cuadro de tinnitus, término médico para el constante zumbido en los oídos, que se presume como posible consecuencia luego de superar la . El empresario se suicidó el pasado 22 de marzo.

Tras infectarse de coronavirus, Taylor padeció tinnitus grave, entre otros problemas de salud. Mediante un circular, sus familiares sostuvieron que su sufrimiento antes de tomar la fatal decisión se había vuelto “insoportable”.

Lo cierto es que de momento no se conoce si el tinnitus está vinculado o no a la COVID-19 (y si es así, con qué frecuencia ocurre). Tampoco la Organización Mundial de la Salud (OMS) o los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por su sigla en inglés) de Estados Unidos describen el tinnitus como un síntoma.

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Sin embargo, los problemas auditivos son comunes en otras infecciones virales. El tinnitus está en la lista de síntomas de la COVID-19 prolongada publicada por el Servicio Nacional de Salud del Reino Unido, junto con la fatiga, la dificultad para respirar, los mareos y otros. Del mismo modo, algunos informes de casos recientes y estudios han indicado que hay un posible vínculo.

El Journal of International Audiology publicó el pasado 22 de marzo que analizó casi sesenta informes de casos y estudios. En su trabajo de campo descubrió que el 15% de los adultos con COVID-19 reportaron síntomas de tinnitus.

Los autores, según apunta The New York Times, creen que las personas entrevistadas estaban describiendo un nuevo padecimiento o una condición que empeoraba, aunque están dando seguimiento al estudio con casi sesenta investigadores para estar seguros de cómo se redactaron las encuestas.

Kevin Munro, profesor de Audiología en la Universidad de Mánchester y coautor del estudio, sostuvo que “en las veinticuatro horas posteriores a la publicación, hemos recibido alrededor de cien correos electrónicos”. “Casi todos eran de personas que decían: ‘Me dio tanto gusto leer sobre esto, porque mi médico pensó que estaba loco cuando mencioné el tinnitus y ahora sé que no soy el único’”, acotó.

Hay más evidencia de que la COVID-19 puede agravar los síntomas de personas que tenían tinnitus antes de contraer el virus.

La revista Frontiers in Public Health publicó a finales del 2020 los resultados de una encuesta realiza a 3,100 personas con tinnitus y descubrió que el 40% de los 237 participantes que habían contraído COVID-19 reportaron que sus síntomas se “exacerbaron de manera significativa” después de la infección.

“Hay muchos virus que tienen un impacto en los oídos, incluidos los que provocan el sarampión, las paperas y la rubéola”, manifestó Eldré Beukes, audióloga de la Universidad Anglia Ruskin en Inglaterra que lideró el estudio.

“También podría ser que el medicamento usado para combatir la COVID-19 esté empeorando el tinnitus. Además, hay un vínculo bien conocido entre el tinnitus y el estrés”, agregó la experta.

Información por corroborar

El motivo preciso por el que el tinnitus afecta a ciertas personas es aún desconocido. Hay cerca de 200 causas de la enfermedad, incluyendo exposición a ruidos fuertes, estrés, pérdida de la audición y perforación del tímpano.

En la actualidad no hay cura. Frecuentemente los pacientes son tratados con terapia cognitiva conductual (en esencia, una terapia oral diseñada para reconfigurar los pensamientos y comportamientos) o se les asesora sobre cómo habituarse a la enfermedad.

Los CDC descubrieron en una encuesta de 2011-2012 (los datos más recientes disponibles) que el 15% de los participantes dijeron que habían sufrido algún tipo de tinnitus. De entre ellos, el 26% dijo que fue un zumbido constante o casi constante y el 30% describió el padecimiento como un problema “moderado” o “muy grande” en su vida.

Un muy pequeño grupo de personas (siete) en el estudio de Beukes reportó que la COVID-19 le causó tinnitus por primera vez. Poco más de la mitad de las personas con tinnitus dijeron que la enfermedad no había alterado sus síntomas.

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Curiosamente, el 6% dijo que le molestaba menos el tinnitus después de contraer la enfermedad. Beukes especula que, para esas personas, una enfermedad que pone en riesgo la vida tuvo el efecto de replantear el ruido en su cabeza.

“Contraer la COVID-19 significó que, en algunos casos, lucharon por sobrevivir y eso hace que tengan una perspectiva muy diferente”, manifestó.

En ese 40% de los encuestados que dijeron que la COVID-19 empeoró su tinnitus se encuentran personas como Aisling Starrs, quien vive en Derry, Irlanda del Norte. Había enfrentado la pérdida de audición en su oído derecho durante toda su vida. Hace dos años, dio a luz a una hija y, en cuestión de minutos, notó un zumbido en ambos oídos que no disminuyó.

“Luego, en septiembre, me dio COVID, y fue directo a mis oídos”, dijo Starrs, que es terapeuta ocupacional. “En una escala del uno al 10, era un tres antes de la COVID. Desde entonces, ha sido un siete”.

No tenía idea de que el empeoramiento del tinnitus podría ser un problema relacionado con COVID-19 hasta que se enteró en el sitio web de la Asociación Británica de Tinnitus, copatrocinadora del estudio de la Universidad Anglia Ruskin.

“‘Gracias a Dios’, dije, cuando me di cuenta de que no era la única”, comentó. “A través de mi trabajo, he conocido a personas que no se dan cuenta de que existe un término médico para el zumbido en sus oídos. El solo hecho de saber que otras personas tienen la misma condición es un gran alivio”, acotó a The New York Times.

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