El 26 de abril de 1986, la explosión de uno de los reactores de la planta nuclear de Chernobyl, en Ucrania, explotó y provocó una de las peores tragedias en el mundo. Miles de personas se vieron afectadas con enfermedades asociadas a la radiación a la que fueron expuestas, pero ahora, un estudio. publicado en la revista Science, arrojó respuestas sobre cómo afectó a los hijos de los sobrevivientes
MIRA: ¿Cuándo podrán los niños vacunarse contra el COVID-19?
La investigación estuvo a cargo de Meredith Yeager, del Instituto Nacional del Cáncer (NCI) de Estados Unidos, y se realizó en los hijos de los trabajadores que ayudaron en los trabajos de limpieza alrededor de la planta, uno de los puntos con mayor contaminación radioactiva, y en los descendientes de las personas evacuadas en Pripyat, la ciudad más cercana a la explosión.
Los resultados
Todos niños avaluados nacieron entre 1987 y el 2002, varios años después de desastre nuclear. El estudio no registró un “daño adicional al ADN” heredado en los descendientes de las personas expuestas a la radiación.
“Incluso cuando las personas estuvieron expuestas a dosis relativamente altas de radiación, en comparación con la radiación de fondo, no tuvo ningún efecto en sus futuros hijos”, le explicó la profesora Gerry Thomas, del Imperial College de Londres, a la agencia británica BBC.
El resultado del estudio determinaría que el efecto de la radiación en el cuerpo de los padres no tiene algún impacto en los hijos que sean concebidos en el futuro.
Thomas explicó que el resultado es importante, pues existen personas que temen tener hijos luego de una exposición a radiación, como sucedió en Chernobyl o con las bombas nucleares de Hiroshima y Nagasaki.
La científica explicó que, a diferencia de sus hijos, algunas de las personas expuestas a la radiación sí sufrieron cambios, como la presencia de cáncer. El equipo de Thomas identificó 5.000 casos de cáncer de tiroides tras el accidente, la gran mayoría de los cuales fueron tratados y curados.
Sobre el estudio
Uno de los investigadores principales de la investigación, Stephen Chanock, explicó a la BBC que se reclutó familias enteras para que se pudieran comparar el ADN de la madre, el padre y el hijo o hijos de ambos.
Chanock manifiesta que se buscaba conocer las “mutaciones de novo”, que son mutaciones en el ADN que ocurren al azar en un óvulo o espermatozoide. El especialista explicó que, dependiendo del mapa genético de un bebé, podría “no tener ningún impacto o podría ser la causa de una enfermedad genética”.
“Observamos los genomas de las madres y los padres, y luego al niño. Y pasamos nueve meses más buscando cualquier señal en el número de estas mutaciones que estuviera asociada con la exposición de los padres a la radiación. No encontramos nada”, explica Chanock.
VIDEO RECOMENDADO
TE PUEDE INTERESAR
- Régimen cubano anunció que aplicarán vacunas contra el COVID-19 en tercera fase de prueba
- Francia: Hombre mata a cuchilladas a policía cerca de París en presunto ataque terrorista
- Estados Unidos roza los 32 millones contagios y acumula 570.147 muertos por COVID-19
- En Venezuela, médicos voluntarios luchan contra el COVID-19 por teléfono ante el colapso de hospitales