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Tres en curso demostrarán la efectividad de las vacunas contra el en niños. Estados Unidos, Canadá y Rusia llevan a cabo las investigaciones para determinar si las dosis deben ser ajustadas, y saber cuál sería el esquema para ser posible la vacunación en los menores.

Las empresas farmacéuticas Pfizer y BioNTech, de Estados Unidos y Alemania respectivamente, han iniciado ensayos clínicos reclutando más de 2.000 niños de entre 12 y 15 años en un ensayo, y ahora lanzado un segundo estudio en niños de 5 a 11 años.

También la empresa biotecnológica Moderna, inició un estudio en fase 2/3 en el que 6.750 menores de 12 años y sanos serán participes de la investigación.

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Tanto el ensayo de Moderna como el de Pfizer-BioNTech incluyen esos marcadores como sus principales medidas para considerar el éxito. (Foto: Gary Coronado / EFE)
Tanto el ensayo de Moderna como el de Pfizer-BioNTech incluyen esos marcadores como sus principales medidas para considerar el éxito. (Foto: Gary Coronado / EFE)

Por otro lado, Alexander Gintsburg, director del Instituto Gamaleya de Rusia informó que se están desarrollando modificaciones de Sputnik V de acuerdo con las características de diferentes grupos de la población, en particular para niños de diferentes edades.

Asimismo, la vacuna desarrollada por la Universidad de Oxford con la empresa AstraZeneca de Inglaterra, inició un ensayo en febrero con chicos de 6 a 17 años, pero fue pausado debido a la preocupación generada por los coágulos que se vinculan a la vacuna Oxford-AstraZeneca en adultos.

Ensayos pediátricos

Por su parte la Sociedad Argentina de Infectología, a través de la médica Liliana Vázquez dijo a Infobae que, “ya se están haciendo ensayos clínicos a partir de los 6 meses de vida. Aún no sabemos si las dosis u otros aspectos de las vacunas contra el COVID-19 serán similares a las que reciben los adultos”.

Además, explicó que existen antecedentes de vacunas para otras enfermedades que son diferentes en niños.

“En los casos de vacuna antigripal trivalente, la dosis para los chicos es diferente en los primeros años de vida. En cambio, la cuadrivalente no es diferente. Por eso, ahora se necesita esperar los resultados de los ensayos clínicos en curso con la vacuna COVID-19 para tener respuestas concretas sobre el esquema de dosis y los microgramos por dosis”.

Vacuna para niños

Según especialistas lo más urgente es la vacunación de los vulnerables, las personas mayores que pueden morir por complicaciones de la infección por el coronavirus. Asimismo, “en segundo lugar, se puede tener como objetivo el control de la circulación de virus”, detalló la especialista Vásquez a Infobae.

Las personas mayores que pueden morir por complicaciones de la infección por el coronavirus deben ser inoculadas primero.   (Foto: Dan CHARITY / AFP).
Las personas mayores que pueden morir por complicaciones de la infección por el coronavirus deben ser inoculadas primero. (Foto: Dan CHARITY / AFP).

Si bien los niños rara vez desarrollan formas graves de COVID-19, algunos que padecen cuadros leves y pueden desarrollar más tarde el síndrome inflamatorio multisistémico infantil, que puede ser mortal.

Para James Conway, especialista en enfermedades infecciosas pediátricas, según informó la revista Nature, las vacunas podrían reducir el riesgo de que los niños adquieran la infección y desarrollen tanto secuelas como cuadros graves.

Efectos secundarios

El sistema inmune de los niños está repleto de células que no han visto agentes patógenos, y tienden a producir una fuerte respuesta inmune a las vacunas. Los primeros resultados de los ensayos han demostrado que los niños de 12 a 15 años que recibieron dos dosis estándar de la vacuna de Pfizer-BioNTech desarrollaron niveles sustancialmente más altos de anticuerpos contra el virus que los niños de 16 a 25 años de los ensayos anteriores.

“La potente respuesta inmune de los niños significa que son más propensos que los adultos a desarrollar fiebre después de la vacunación”, dijo Kawsar Talaat, especialista en infectología infantil y vacunas de la Escuela de Salud Pública Johns Hopkins Bloomberg, en Maryland, Estados Unidos. Sin embargo, esto podría no ser un problema, porque a los niños parece molestarles menos la fiebre que a los adultos.

Por otro lado, en los ensayos pediátricos, participan menos voluntarios que en los estudios con adultos. Al tener menos participantes, se buscan observar los marcadores de la respuesta inmune después de la vacunación.

Si se observa que las respuestas inmunes pediátricas son iguales o mejores que las que se vieron en los adultos, se puede inferir que la vacuna es eficaz en niños. Tanto el ensayo de Moderna como el de Pfizer-BioNTech incluyen esos marcadores como sus principales medidas para considerar el éxito.

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