Pese a que el 'Test de virginidad' quedó prohibido desde 2016, la práctica de realizar estas pruebas antes del matrimonio continúa extendiéndose en Afganistán. Ir en contra de esto, significa cometer un “crimen moral” castigado con prisión y un amplio rechazo social.
Lo sucedido con Bahara es muestra de ello. Una joven que fue violada por su supuesto pretendiente, con quien mantenía una relación a distancia. Al ser sometida al test, también iba destruyendo su integridad y moral.
Bahara, una joven afgana, fue sometida al test de virginidad, practicado por una enfermera que usó sus dedos para corroborar que el himen, tejido dentro de la vagina, siguiera intacto. No pudieron comprobarlo y fue sometida a más exámenes humillantes.
"Pensé que los médicos al menos me llevarían a un lugar privado para hacer la prueba. Pero se hizo en una habitación llena de personas; doctores, enfermeras, visitantes y hasta otros pacientes que querían verme desnuda. En ese momento, hubiera preferido la muerte”, relató Bahara, una víctima de estos procedimientos, según informó The Guardian.
No pasar el test es equivalente a ir a prisión. En la ciudad de Mazar-i-Sharif, muchas mujeres son recluidas por haber cometido alguno de los llamados “crímenes morales”, junto a terroristas y criminales de guerra. Al recuperar su libertad, corren el riesgo de ser golpeadas y rechazadas por la sociedad.
Es importante mencionar que la práctica del Test de Virginidad ya estaba prohibida desde 2016, pero nunca se dejó de realizar y la nueva legislación aprobada refuerza el cumplimiento de la orden. Algunos colectivos ya trabajan para poner freno a esta situación.
La Organización de Ciencia Forense de Afganistán menciona que “La evaluación del himen no sólo tiene un impacto psicológico negativo en las niñas y mujeres. Es una prueba peligrosa que causa dolor y puede generar sangrado e infecciones".