Cassidy Stay tuvo que fingir estar muerta para que su tío, Ron Haskell, no la asesinara como hizo con toda su familia, la cual cobró la vida de sus padres y cuatro hermanos en Houston (Texas, Estados Unidos). El acusado podría recibir la pena de muerte.
La masacre sucedió en 2014 cuando Cassidy tenía 15 años. Haskell se presentó en la casa de la familia, preguntando por su expareja, tía de Stay, pero como no obtuvo respuesta, ejecutó a sus familiares.
Cassidy recibió un disparo, pero la bala le rozó el cráneo. Fingió estar muerta mientras Haskell asesinaba a sus padres y hermanos. Cuando el autor de la masacre abandonó la casa, la adolescente llamó a la policía para que detuvieran al homicida tras una persecusión.
"No pensé que alguien lastimaría a los niños si supiera sus nombres y cuántos años tenían", comentó Cassidy Stay en el estrado para testificar contra Haskell, en un juicio que comenzó esta semana.
Los asesinados por Haskell fueron Katie Stay, de 34 años, su esposo, Stephen, de 39, y cuatro de sus cinco hijos, de entre 4 y 13 años, en una zona residencial de Houston (Texas).
Los informes policiales indicaron que el asesino les dijo a la familia Stay que se tumbaran boca abajo y les disparó a cada uno por la espalda en la cabeza. Solo Cassidy sobrevivió porque erró el tiro de gracia.
"La habitación olía a sangre. No había espíritus en esa habitación", contó Cassidy, quien detalló que Haskell estaba tranquilo mientras asesinaba a su familia.
Los fiscales acusaron a Haskell de múltiples cargos de asesinato, por lo que pidieron la pena de muerte en Texas, Estados Unidos.
Sin embargo, su defensa alegó que "estaba loco" en el momento de los asesinatos. "Está sedado y es una persona que ha sido tratada por una enfermedad mental grave", sostuvo el letrado ante el jurado.
En el juicio se han visto horribles imágenes de la familia Stay después de ser asesinada a tiros, pero Haskell ha mostrado "poca o ninguna emoción y no pareció mirar las fotografías".
Haskell se enfrenta a la pena de muerte si es condenado.