El viernes 27 un joven identificado como Alkam Khairi, de 21 años, arremetió con la vida de al menos 7 personas, mientras que dejó a otros 10 heridos, de los cuales 3 están graves. Este hecho ocurrió en una sinagoga ubicada en el barrio de Neve Yaakov de Jerusalén del Este.
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Según informó la prensa local, este joven abrió fuego contra todas la personas que salían de la sinagoga Ateret Avraham. Sin embargo, cuando intentó huir de la escena del crimen, fue abatido de un disparo por parte de la policía.
Medios locales como Haaretz, Times of Israel y The Jerusalem Post, han asegurado que el muchacho vivía en el barrio de Shuafat y que no tenía conexiones terroristas conocidas antes del ataque.
Sin embargo, se presume que este ataque habría sido la respuesta de Hamas a la incursión del ejército israelí en el campo de refugiados de Jenín, que el jueves dejó nueve palestinos muertos en una zona conflictiva de la Cisjordania.
Este atentado fue celebrado por el movimiento islamista Hamás, que gobierna de facto la Franja de Gaza. A pesar de que no se atribuyeron las muertes, se sabe que se celebró el ataque a través de los altavoces de las mezquitas y que se escucharon disparos al aire en el enclave costero mientras numerosos automovilistas sonaban sus bocinas gritando “Dios es grande”.
El parte policial reportó que entre los heridos hay una mujer de 70 años en estado crítico; un hombre de 20 años en estado grave; y un niño de 14 años en estado grave pero moderado. Estas personas fueron trasladadas al Hospital Hadassah Mount Scopus en donde se encuentran observados por el personal de salud.
“Se trata de un atentado terrorista muy grave. Vimos a una mujer y a cuatro hombres tendidos en la carretera. Sufrieron heridas de bala y no mostraban signos de vida, por lo que tuvimos que declarar su muerte. Tres heridos más, incluida una mujer de 70 años en estado crítico, fueron evacuados al Hospital Hadassah en Mount Scopus””, declaró el paramédico Fadi Dekidek del servicio de emergencias Magen David Adom.
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