El fallecimiento del primer actor mexicano Ignacio López Tarso ha dejado conmocionado al espectáculo mexicano y a su legión de seguidores. El célebre histrión mexicano perdió la vida a los 98 años, tras unas complicaciones propia de su edad, el último sábado 11 de marzo. El intérprete, de más de medio siglo de carrera artística, ha dejado un basto legado, y dentro de este también está su serie de romances y enamoramientos.
Y en su carrera apareció junto a varias de las estrellas más importantes de la época y del cine mexicano, como María Félix, Dolores del Río, entre otras. En esa línea, en alguna ocasión la estrella reveló de su proclividad a perderse locamente por ellas.
“Me he enamorado de todas las actrices guapas con las que trabajo”, aseguró en alguna ocasión en entrevista, aunque aclaró que se trataba de un enamoramiento momentáneo, mientras el rodaje o la obra teatral se desarrollaba.
Incluso en sus últimos días de vida se supo que a pesar de la edad, mantenía una relación con una mujer llamada Gabriela, al parecer dueña de una empresa tequilera, aunque no se sabe más de ella.
LAS MUJERES QUE CAUTIVARON AL ACTOR IGNACIO LÓPEZ TARSO
Una profesora de su pueblo
Los padres de Tarso, al no poder costear la educación de su hijo, lo ingresaron a un seminario después de que un sacerdote del pueblo los convenciera. Cuatro años estuvo ahí, pero su vocación no estaba en el sacerdocio, sino en la actuación.
Solo le interesaba continuar con sus estudios, por lo que no seguía mucho las reglas. De hecho, el Primer Actor se “iba de pinta” para poder encontrarse con su novia, una maestra de escuela en el pueblo “preciosa, la maestrita de escuela, chulísima”, en palabras del histrión.
María Félix
“La Doña” cautivó a México en la edad del Cine de Oro. De una gran belleza y una personalidad dura a, María Félix se ganó el corazón de muchas personas. Desde Agustín Lara hasta el mismo López Tarso.
A pesar de que el actor hizo ocho películas con la actriz, en el programa “Montse & Joe”, López Tarso contó la vez que tuvo que interpretar una escena que le costó trabajo en un inicio, pues debían interpretar una escena sexual.
Adimitió que fue ahí que se enamoró de ella. “Me enamoré de María Félix, hice una película con ella en la que le hacía el amor. Le decía frases de amor, la acariciaba, la tuve que besar. Me decía: ‘Estás muy nervioso’, ‘pues sí, señora’ (...) Yo estaba muy tímido, efectivamente: ‘Pórtate como hombre’”, aseveró.
Elsa Aguirre
“Va a cumplir 90 años y está preciosa”, dijo en el mismo programa sobre Elsa Aguirre, tras 20 años de la muerte de su pareja Clara Aranda. López Tarso trabajó con la famosa y longeva actriz en la película “Vainilla, bronce y morir” (1957), en el que Aguirre interpretó a una artista enferma del corazón que se enamora de un escultor de bajos recursos, interpretado por López Tarso. Aseguró que cuando actuó con ella, Aguirre tenía alrededor de 20 años, y era la mujer más hermosa del mundo.
Dolores del Río
Otra de las actrices por las que llegó a sentir algo fue Dolores del Río, a quien señaló como la mujer más fina, bella y elegante que conoció. Con ella trabajó en la obra “Mi Querido Embustero” (1966).
En ella López Tarso interpretó al dramaturgo George Bernard Shaw y Dolores del Río dio vida a Estella Campbella. En entrevista con “Hoy” de Televisa, admitió haberse enamorado de la interprete, la cual estuvo durante “meses junto a mí, solitos”.
“Estaba realmente enamorado de Dolores del Río. No sabes que mujer más hermosa, más fina, delicadísima, muy culta, muy elegante, muy delicada. Maravillosa, maravillosa, Dolores”, indicó.
Clara Aranda
Fue su esposa durante más 50 años y el gran amor de su vida. Lamentablemente, falleció en el año 2000 por un enfisema pulmonar del cual se culpó López Tarso por haberle enseñado a fumar.
Se conocieron a finales de la década de 1940 cuando visitaron a un tío que tenían en común. Desde ese momento quedó prendido de su belleza. Desde 1950 comenzaron a vivir juntos y ella lo vio despegar su carrera en el cine. Y al verlo con las actrices antes mencionadas, llegó a sentir celos por las escenas que llegaba a hacer a pesar de que entendía su trabajo.