La historia de Magaly Parcco resuena como un verdadero testimonio de resiliencia y lucha. Desde el año 2001, Magaly ha trabajado como Auxiliar de Caja en el supermercado Metro de Limatambo, dedicando 23 años de esfuerzo, compromiso y superación personal, desafiando las barreras que la vida le impuso. De esta manera, Magaly se convirtió en un ejemplo viviente de que las barreras no son físicas, sino mentales, y que con perseverancia, se puede seguir adelante, incluso cuando el camino parece más difícil que nunca. Magaly hoy es un símbolo en el Día Internacional de las Personas con Discapacidad.
Magaly sufrió un accidente de tránsito que cambió su vida drásticamente, enfrentándose a la amputación de una pierna y un largo proceso de recuperación. Sin embargo, en lugar de rendirse, encontró la fuerza necesaria para salir adelante gracias al apoyo incondicional de su familia, compañeros y supervisores en Cencosud, quienes nunca dejaron de alentarla. “Lo más difícil fue adaptarme a mi nueva realidad, pero con la bendición de Dios y el respaldo de personas maravillosas, logré encontrar fuerzas para seguir adelante”, relata.
Su principal motivación fue su hijo mayor, Jeimmy, quien, con apenas dos años, enfrentaba problemas de salud significativos. Esta responsabilidad doblemente compleja inspiró a Magaly a mirar su situación con optimismo y a convencerse de que, aunque habría desafíos, también habría superación.
Superando obstáculos en el trabajo
Regresar al trabajo tras el accidente no fue fácil. Desde desplazarse dentro de la tienda hasta manejar las herramientas de su puesto, cada actividad representaba un reto. Pero Magaly no se dejó vencer. Con perseverancia y una actitud positiva, logró adaptarse y realizar sus labores con la misma excelencia de siempre. “Miré el cambio de manera positiva, convencida de que podría superar cualquier obstáculo”, explica.
Su dedicación no pasó desapercibida. En el 2018, fue reconocida como una de las “Mujeres de Cencosud que dejan huella”, un honor que le recordó la importancia de su esfuerzo no solo como trabajadora, sino también como madre y ejemplo de superación para sus compañeros.
Un espíritu indomable
A lo largo de los años, Magaly ha encontrado en su rol como madre el motor principal de su vida. “Siempre quiero lo mejor para mis hijos, y aunque hay días difíciles, no me rindo porque ellos son mi mayor objetivo”, afirma. A pesar de los desafíos físicos y emocionales, ha mantenido una actitud amable y positiva con los clientes, creando un ambiente de empatía y cordialidad.
Magaly reconoce que su trabajo le ha enseñado valores fundamentales como la constancia, el esfuerzo y la resiliencia, principios que aplica tanto en su vida profesional como personal. “Estos valores me han permitido vencer obstáculos y alcanzar mis metas, demostrando que con esfuerzo, todo es posible”, asegura.
Un mensaje de esperanza
Para aquellos que enfrentan situaciones similares, Magaly tiene un mensaje claro: “No te rindas. Lucha por lo que quieres, acéptate como eres y recuerda que todos tenemos habilidades que nos hacen únicos”. Su historia inspira a cualquiera que se cruce en su camino, recordándonos que la verdadera fortaleza radica en el espíritu humano.
Hoy, Magaly se siente orgullosa de su recorrido, de los logros que ha alcanzado y del impacto positivo que ha tenido en su entorno laboral. Su historia es un recordatorio poderoso de que, incluso en medio de la adversidad, es posible construir una vida llena de significado y propósito.